Los combatientes drusos repelieron este sábado a los grupos armados rivales de la ciudad de Sueida, en el sur de Siria, después de que el gobierno de Damasco anunciara un alto el fuego para intentar atajar un ciclo de violencia que dejó 940 muertos en menos de una semana.
Los combates continúan sin embargo en el resto de la provincia de Sueida, entre por un lado los drusos y por otro lado beduinos y miembros de tribus sunitas venidos de otros puntos del país, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Los enfrentamientos se sucedieron durante toda la jornada, pese al anuncio por la mañana de un alto el fuego “inmediato” por parte de las autoridades sirias, que empezaron a desplegar sus fuerzas en la provincia de Sueida.
En un barrio de la ciudad de Sueida, combatientes tribales, algunos enmascarados, fueron grabados por las cámaras de AFP disparando con armas automáticas contra sus adversarios.
Uno de los combatientes llevaba una banda negra alrededor de la frente con la profesión de fe del islam. Otro blandía unas tijeras, utilizadas para recortar los bigotes de los ancianos drusos, el mayor insulto para este pueblo de orgullosos guerreros.
Un corresponsal de AFP vio decenas de casas y automóviles quemados, y hombres armados prendiendo fuego a tiendas después de haberlas saqueado.
“Hemos venido aquí y vamos a masacrarlos a todos en sus casas”, declaró uno de los combatientes tribales, que respondía al nombre de Abu Jasem, refiriéndose a los drusos.