El Museo de la Ciudad abrió sus puertas para recibir la exposición “La mano de goma”, del artista francés Jérémy Laffon, quien esta vez hace suya la definición de que uno de los atributos que a menudo se esgrimen para describir un objeto de arte es su inutilidad, convirtiendo en improductivas herramientas necesarias justamente para fabricar elementos artísticos.

Así, Laffon convierte en inútiles y, por tanto, improductivos, objetos como alicates, martillos, guantes y otros instrumentos, haciendo réplicas de los mismos en mármol.

Erigir columnas de panes de piloncillo son algunos de los gestos que el autor se permite a través del mármol que obliga a cohabitar con chicle yucateco estirado al extremo sobre una estructura metálica que reproduce la de uno de esos paneles publicitarios que se pueden ver casi en cualquier sitio del país.

Las fotografías que acompañan esas esculturas captan detalles encontrados en el transcurso de derivas urbanas, cosas sin valor que Jérémy Laffon saca de la indiferencia y eleva a la categoría de sujetos.

Las obras de Laffon abrazan los códigos de una estética de persona sin hogar en la que reina una alegre precariedad, reforzada por el establecimiento de improbables y dulces equilibrios.

El artista francés inventa irrisorios tótems contemporáneos que se relacionan con la pérdida de adherencia de la época actual. Por ejemplo, una veintena de frágiles torres glucosadas, a las que la humedad y algunas hormigas hambrientas de azúcar bien podrían vencer, apuntan sus cimas hacia un techo de vigas horizontales bien alineadas.

La obra de Jérémy Laffon puede apreciarse en el Museo de la Ciudad, ubicado en el número 27 de la calle Vicente Guerrero norte, en el Centro Histórico de la capital queretana, de martes a domingo, de 12:00 a 20:00 horas; la entrada es libre.

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