El lince ibérico, una de las especies de felinos más raras del mundo, ya no está en peligro de extinción, según un informe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Esta organización, que clasifica a las especies en una “lista roja” de acuerdo con el nivel de riesgo que enfrentan, retiró al lince ibérico de la categoría de “en peligro” y lo ubicó en “vulnerable”, después de registrar un aumento significativo en la cantidad de animales.
Su población creció de 62 individuos maduros en 2001 a 648 en 2022, mientras que los linces jóvenes y los maduros suman ahora una población estimada de más de 2.000, informó la UICN.
Como sugiere su nombre, esta especie tiene su hogar en la región ibérica, es decir, en España y Portugal.
Según los datos del Censo Lince 2023, divulgado por las autoridades de ambos países, hay 14 “núcleos poblacionales” en los que los animales se encuentran estables y reproduciéndose. De ellos, 13 se ubican en España y uno en Portugal.
Este gato salvaje solía ser común en toda la Península Ibérica, pero a partir de la década de 1960 su número se desplomó.
La pérdida del hábitat, la caza furtiva y los accidentes de tráfico contribuyeron a llevar a la especie al borde de la extinción.
Hito de conservación
La recuperación de esta especie se debe en gran medida a los esfuerzos de conservación que se han centrado en aumentar la abundancia de su principal fuente de alimento: el conejo salvaje, también en peligro de extinción, conocido como conejo europeo.
Los programas para liberar a cientos de linces cautivos y restaurar los matorrales y bosques en los que habitan también han desempeñado un papel importante para garantizar que el lince ya no esté en peligro de extinción.
Se trata de “la mayor recuperación de una especie de felino jamás lograda a través de la conservación”, aseguró Francisco Javier Salcedo Ortiz, coordinador de la iniciativa de conservación.
Sin embargo, Ortiz advirtió que todavía queda “mucho trabajo por hacer” para garantizar que los animales sobrevivan y la especie pueda recuperarse.
“De cara al futuro, hay planes para reintroducir el lince ibérico en nuevas localidades del centro y norte de España”, añadió.
Duro comienzo
“Los principios fueron duros, pero no podíamos perder tiempo, había un sistema que cambiar y eso cuesta mucho”, dijo al diario El País Astrid Vargas, quien dirigió el programa de cría en cautividad del lince ibérico desde 2003 a 2010.
“Teníamos que aprender a sacarlos adelante en cautividad y a preparar a los cachorros para vivir en la naturaleza”, recuerda. En marzo de 2005, una hembra llamada Saliega dio a luz a tres cachorros, la primera camada lograda en cautividad.
Ahora la especie ocupa un área mucho mayor, al pasar de 449 kilómetros cuadrados en 2005 a 3.320 kilómetros cuadrados este año, precisó la UICN.
Sin embargo, la agencia de conservación advirtió que el éxito no debía volverlos complacientes, dado que los avances podrían revertirse.
Las amenazas incluyen enfermedades causadas por los gatos domésticos y los conejos salvajes de los que se alimentan los linces, así como la caza furtiva y los atropellos.
Establecida en 1964, la lista roja de especies amenazadas de la UICN ha evolucionado hasta convertirse en la fuente de información más completa del mundo sobre el estado de conservación global de especies de animales, hongos y plantas.