Donald Trump fue sometido a juicio político a finales de 2019 por chantajear a Ucrania en un intento infructuoso por sacar los trapos sucios de su rival en la reelección, Joe Biden. Cuatro años después, los republicanos dicen haber hallado ese pretexto para impugnar al ahora presidente.

Alegan que, mientras era vicepresidente, Biden se benefició personalmente de los negocios de su hijo Hunter en el país europeo.

El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, anunció el martes que ordenará una investigación para destituir al líder demócrata, una medida exigida durante meses por Trump y sus partidarios de derecha en el Congreso.

Pero en contraste con las acciones bien documentadas de Trump que respaldaban una destitución, los demócratas -e incluso algunos republicanos- dicen que el presidente del Comité de Supervisión de la Cámara, el republicano James Comer, aún no tiene pruebas de irregularidades de Biden.

  • Los lucrativos trabajos de Hunter

Comer alega que la “familia Biden” -sin nombrar al presidente- y sus “asociados” han recibido más de 20 millones de dólares en pagos de entidades extranjeras.

Mientras que Hunter Biden tenía vínculos comerciales en China, Kazajistán, Rumanía y otros países, el anuncio de la investigación de McCarthy se centró en sus negocios con la empresa energética ucraniana Burisma.

Hunter obtuvo un lucrativo puesto en el consejo de esa compañía en 2014, cuando su padre era vicepresidente de Barack Obama y supervisaba la política estadounidense hacia el país.

El propietario de Burisma era Mykola Zlochevsky, un poderoso oligarca inundado de acusaciones de corrupción, tanto dentro como fuera de Ucrania.

Aunque Hunter Biden es licenciado en Derecho de Yale y tenía cierta experiencia en negocios y finanzas, no estaba claro qué podía aportar a Burisma a cambio de un millón de dólares anuales.

  • Biden exige la salida del fiscal

En 2014, los ucranianos se rebelaron y expulsaron al presidente Víktor Yanukóvich, respaldado por Moscú. Ese año comenzó una profunda crisis económica en Ucrania, que buscó ayuda mundial.

Pero el FMI retuvo la nueva financiación y Washington paralizó una garantía de préstamo de 1.000 millones de dólares hasta que el recién elegido presidente, Petro Poroshenko, tomara medidas contra la corrupción.

En reuniones con Poroshenko en diciembre de 2015 y enero de 2016, Biden dijo que el apoyo financiero no avanzaría hasta que despidiera al fiscal general Viktor Shokin, quien supuestamente seguía protegiendo a oligarcas ucranianos corruptos, incluido Zlochevsky.

“Los miré y les dije: ‘Me voy dentro de seis horas. Si el fiscal no es despedido, no recibirán el dinero'”, relató Biden en 2018.

“Pues, hijo de puta. Fue despedido”, dijo.

Con Shokin fuera, las propiedades de Zlochevsky fueron allanadas por la fiscalía.

  • Trump busca los trapos sucios de Biden –

En enero de 2017, Biden dejó el cargo y Trump se convirtió en presidente.

En 18 meses, quedó claro que Joe Biden le disputaría la Casa Blanca en 2020.

Trump, cuya reelección estaba amenazada, envió a su abogado personal, Rudy Giuliani, a Kiev para buscar trapos sucios sobre los Biden a principios de 2019.

Cuando los esfuerzos de Giuliani se vieron obstaculizados, Trump intensificó en julio la presión sobre el sucesor de Poroshenko, Volodimir Zelenski, congelando 400 millones de dólares en ayuda militar.

En una llamada telefónica el 25 de julio, Trump aludió al apoyo estadounidense e instó enérgicamente a Zelenski a investigar a los Biden y anunciar los resultados.

Esa llamada se convirtió en la base del primer juicio político a Trump, por considerar que había solicitado ilegalmente la injerencia extranjera en las elecciones estadounidenses, que acabó perdiendo frente a Biden.

  • La “marca” Biden

Cuando los republicanos ganaron el control de la Cámara de Representantes en las elecciones de mitad de mandato de 2022, los aliados de Trump obtuvieron las herramientas legales para vengarse.

Tras ocho meses de investigación, el Comité de Supervisión de Comer le da la vuelta a la historia del despido del fiscal Shokin.

Alegan que Shokin era una amenaza para Burisma y que la presión de Biden estaba diseñada para proteger a la empresa y a su hijo, y beneficiarse económicamente.

Gracias a registros obtenidos del FBI y del Departamento de Justicia y a testigos, Comer ha podido detallar grandes sumas de dinero destinadas a Hunter Biden y sus socios, pero nada que involucre al presidente Biden.

En cambio, el comité dice que la investigación se centra en el “tráfico de influencias” de la que Trump llama repetidamente “la familia del crimen Biden”.

La investigación “revela que Joe Biden permitió que su familia lo vendiera como ‘la marca’ en todo el mundo para enriquecerse”, informó el martes.

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