La ONU afirmó este sábado que la guerra en Gaza, que se inició el 7 de octubre con los “horrendos” ataques de Hamás en Israel y desencadenó represalias que siembran “devastación” en ese territorio palestino, representa una “mancha” para la humanidad.

Israel rechazó por su lado, la víspera de cumplirse cien días desde el inicio del conflicto, cualquier tipo de presiones para poner fin a una ofensiva que se propone extirpar al movimiento islamista Hamás, en el poder en Gaza desde 2007.

“Nadie nos detendrá, ni La Haya, ni el Eje del Mal ni nadie más”, declaró el primer ministro Benjamin Netanyahu, en referencia a la acusación presentada por Sudáfrica contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por presunta violación de la Convención para la Prevención de Genocidios.

El jefe de Estado Mayor del ejército israelí, Herzi Halevi, sostuvo por su lado que Israel libra una guerra “justa (…), iniciada por un enemigo sanguinario que masacró de una forma inhumana a inocentes”.

Los comandos islamistas mataron el 7 de octubre a unas 1.140 personas en Israel, la mayoría civiles, según un balance de la AFP, con base a las cifras entregadas por las autoridades israelíes. También secuestraron a unas 250 personas, un centenar de las cuales fueron canjeadas por la excarcelación de presos palestinos durante una tregua de una semana a fines de noviembre.

Israel lanzó una arrolladora campaña de bombardeos, reforzada tres semanas después con operaciones terrestres y combinada con un férreo bloqueo del pequeño enclave de 362 km2 y casi 2,4 millones de habitantes, privados de comida, agua, medicinas y carburante.

Según el ministerio de Salud del gobierno de Hamás, al menos 23.843 personas, en su mayoría mujeres y menores, murieron en Gaza a causa de la ofensiva israelí.

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