En el marco de la CXVII reunión plenaria de los obispos de México, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) expresó su profunda preocupación por la creciente ola de violencia que afecta al país, señalando la necesidad urgente de estrategias más efectivas para combatir este flagelo.

Un clamor por la paz
El mensaje de la CEM estuvo marcado por el recuerdo del asesinato del sacerdote Marcelo Pérez, ocurrido el pasado 21 de octubre en Chiapas. Este trágico episodio, según el secretario general de la CEM, monseñor Héctor Mario Pérez Villareal, refleja el impacto devastador de la “cultura de la muerte” que prevalece en diversas regiones de México.

“El asesinato y desaparición de muchos hermanos, como el reciente crimen de nuestro hermano sacerdote Marcelo Pérez, han dejado una huella de dolor en nuestro pueblo”, expresó monseñor Pérez Villareal en un mensaje difundido este viernes.

La CEM destacó que la violencia no solo cobra vidas humanas, sino que también afecta profundamente las comunidades, fomentando un ambiente de impunidad, crimen organizado, pobreza y deterioro ambiental.

Encuentro con Claudia Sheinbaum
Dos días antes de este pronunciamiento, los obispos se reunieron con la presidenta Claudia Sheinbaum, a quien le transmitieron su inquietud por la situación actual del país.

En un comunicado posterior, la CEM reconoció los esfuerzos del Gobierno para abordar las raíces sociales de la violencia, pero subrayó la necesidad de implementar estrategias más eficaces. “Compartimos con la presidenta nuestra profunda preocupación por la situación de violencia que afecta a diversas regiones del país”, enfatizó el organismo religioso.

La respuesta pendiente
Hasta el momento, ni la Presidencia mexicana ni la Fiscalía de Chiapas han emitido comentarios sobre el mensaje de la CEM o el avance en la investigación del homicidio del padre Marcelo Pérez.

El llamado de la Iglesia
En un país donde la violencia parece haber permeado todos los niveles de la sociedad, la Iglesia católica se posiciona como una voz que llama a la reflexión y a la acción conjunta.

La CEM no solo alza la voz en defensa de las víctimas de la violencia, sino que también insta a la ciudadanía, las instituciones y los gobernantes a trabajar en unidad para construir una sociedad más justa, segura y solidaria. Este llamado cobra especial relevancia en un momento crítico para México, donde la paz parece ser un objetivo lejano, pero no imposible.

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