Reuters / La economía japonesa se contrajo entre julio y septiembre, interrumpiendo tres trimestres consecutivos de expansión, lastrada por el debilitamiento de la demanda y complicando los esfuerzos de los responsables a cargo de la política monetaria por reactivar el vacilante crecimiento.

El Producto Interno Bruto (PIB) de la tercera economía mundial se contrajo un 2,1% en el tercer trimestre, un descenso mucho mayor que el promedio de las previsiones de los economistas, que apuntaban a una caída anualizada del 0,6%.

La caída se produjo tras una expansión anualizada del 4,5% en el trimestre anterior.

Esta débil lectura refleja un consumo y unos gastos de capital mediocres, lo que echa por tierra las esperanzas de las autoridades a cargo de la política monetaria de que un repunte de la actividad nacional tras la pandemia compense la debilidad de la demanda exterior de China y otros países.

El consumo cayó ligeramente en julio-septiembre respecto al trimestre anterior, frente a la estimación promedio de los economistas de un crecimiento del 0,2% en julio-septiembre, tras caer un 0,9% en abril-junio.

Los gastos de capital cayeron un 0,6% en el tercer trimestre, frente al aumento del 0,3% estimado por los economistas, tras descender un 1,0% en abril-junio.

La demanda exterior restó 0,1 puntos porcentuales al PIB en julio-septiembre, en línea con lo previsto.

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