El Rh nulo, presente en apenas unas decenas de personas en todo el planeta, es el tipo de sangre más raro conocido. Su ausencia total de antígenos del sistema Rh lo vuelve incompatible con cualquier sangre convencional, pero compatible con todas las variantes Rh, lo que lo convierte en un recurso extremadamente valioso para la medicina transfusional. Su disponibilidad es prácticamente nula: a quienes lo tienen se les recomienda congelar su propia sangre para emergencias.
El interés científico es doble. Por un lado, busca garantizar transfusiones seguras para personas con tipos raros. Por otro, intenta avanzar hacia la producción de sangre universal. El obstáculo central son los antígenos: estructuras que desencadenan reacciones inmunitarias cuando la sangre no es compatible.
Investigadores de la Universidad de Bristol han reproducido células Rh nulas en laboratorio mediante CRISPR-Cas9, eliminando los genes responsables de los cinco sistemas de grupos sanguíneos que generan la mayor parte de las incompatibilidades: ABO, Rh, Kell, Duffy y GPB. El resultado es una célula ultracompatible, teóricamente apta para receptores con grupos comunes y raros, incluido el fenotipo Bombay.
La edición genética sigue limitada por regulación y por las dificultades técnicas: los glóbulos rojos deben madurar adecuadamente y mantener la integridad de su membrana celular, algo complejo fuera del entorno natural de la médula ósea. Aunque varios grupos —en Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y España— han replicado variantes de sangre Rh nula mediante distintas aproximaciones con células madre, la producción a escala sigue lejos.
El ensayo clínico RESTORE, codirigido por investigadores de Bristol, evalúa por primera vez la seguridad de glóbulos rojos cultivados en laboratorio en voluntarios humanos. La sangre utilizada no fue editada genéticamente, pero requirió una década de trabajo.
La estrategia paralela es recolectar sangre de donantes con grupos extremadamente raros para generar líneas celulares comerciales capaces de producir glóbulos rojos indefinidamente. El objetivo final es crear bancos de sangre raros sin depender exclusivamente de la edición genética.
Pese al progreso, los especialistas coinciden: la donación convencional seguirá siendo la vía principal. Pero para quienes poseen tipos de sangre raros, la posibilidad de producir células compatibles en laboratorio representa un cambio decisivo en el horizonte transfusional.





