La Escherichia coli es un grupo de bacterias ampliamente conocido por su presencia en los intestinos humanos y animales, y por algunos tipos que pueden causar enfermedades graves. Sin embargo, fuera del cuerpo humano, E. coli ha sido fundamental en la ciencia durante más de un siglo.

Aislada por primera vez en 1885 por el pediatra alemán Theodor Escherich, E. coli se convirtió en un organismo modelo por su rápido crecimiento y facilidad de manejo. En la década de 1940, se utilizó para demostrar la recombinación genética bacteriana, y posteriormente fue clave en descifrar el código genético y en la ingeniería genética moderna.

En 1978, científicos lograron producir insulina humana sintética utilizando E. coli, revolucionando el tratamiento de la diabetes. Más tarde, se convirtió en uno de los primeros organismos con su genoma completo secuenciado, facilitando su manipulación en biotecnología.

Hoy, E. coli es empleada como microfábrica viviente, capaz de producir medicamentos, vitaminas, proteínas específicas e incluso compuestos químicos derivados de residuos plásticos. Su robustez, rápido crecimiento y facilidad para albergar ADN extraño la convierten en una herramienta insustituible en laboratorios e industrias de todo el mundo.

A pesar de su predominio, algunos científicos exploran alternativas como Vibrio natriegens, una bacteria de crecimiento ultrarrápido y alta eficiencia en absorción de ADN, que podría superar a E. coli en aplicaciones industriales futuras. Sin embargo, E. coli sigue siendo difícil de reemplazar debido a su vasto conocimiento acumulado y sus aplicaciones comprobadas.

Shares: