Indignación en Egipto por el robo de un brazalete de oro de 3,000 años que perteneció al faraón Amenemope y que fue fundido para fabricar otras joyas. El Ministerio de Turismo y Antigüedades confirmó que la pieza desapareció el 9 de septiembre del Museo Egipcio de El Cairo, mientras se preparaban objetos para una exhibición en Italia.
El ministro Sherif Fathy culpó a la negligencia en los protocolos de seguridad y reconoció que el laboratorio donde estaba la pieza no contaba con cámaras de vigilancia. Cuatro sospechosos fueron arrestados, entre ellos un restaurador del propio museo, quien confesó haber entregado el brazalete a un comerciante.
Según el Ministerio del Interior, la pieza fue vendida y revendida por cerca de 4,000 dólares hasta terminar en un taller de oro, donde fue destruida. El dinero fue incautado y las autoridades publicaron un video de cámaras de seguridad mostrando la transacción.
La pérdida de un tesoro que había sobrevivido por tres milenios desató reclamos por reforzar la protección del patrimonio. La arqueóloga Monica Hanna pidió suspender las exposiciones internacionales hasta garantizar la seguridad de los objetos, mientras el abogado Malek Adly calificó el caso como “una señal de alarma” para el gobierno.
La colección de Amenemope —descubierta en 1940 en Tanis— incluye 2,500 artefactos, entre ellos máscaras doradas y ataúdes de plata, restaurados en 2021 con apoyo del Museo del Louvre.
Este caso recordó a muchos egipcios el robo en 2010 de la pintura Flores de Amapola de Vincent van Gogh, que sigue desaparecida.