Casi siempre empieza con una pavada. El compañero que nunca saca la basura, el jefe que interrumpe todo el tiempo o la pareja que deja el abrigo tirado en el sillón. Lo que podría resolverse con una charla sencilla se guarda, se acumula y un día estalla: renunciás, pedís el divorcio o cortás vínculo. Todo por no querer hablar.

Frente a ese patrón común, empiezan a crecer soluciones tecnológicas inesperadas: avatares con inteligencia artificial que permiten ensayar conversaciones difíciles en un entorno seguro, antes de enfrentarse al mundo real.

Y es que evitar charlas incómodas es más frecuente de lo que se cree. Según la plataforma Bravely, especializada en coaching profesional, el 70% de los empleados evita enfrentar conflictos con sus jefes o colegas, y más de la mitad simplemente ignora las situaciones tóxicas. En el Reino Unido, apenas el 17% de los trabajadores con algún conflicto laboral se animó a hablar directamente con la persona implicada, según el Índice de Buen Trabajo 2024.

El problema es que nadie enseña cómo encarar esas situaciones. Ni en casa, ni en el trabajo. Las universidades pueden incluir algo sobre comunicación en sus MBAs, pero la mayoría de quienes lideran equipos no tienen ese título. Mucho menos existe un entrenamiento para hablar con una pareja, un amigo o un familiar sin que todo termine mal.

Ahora, empresas como Talespin, que fue adquirida por la plataforma de capacitación Cornerstone, y Virti, con sede en Reino Unido, están usando IA conversacional y realidad virtual para ofrecer entrenamientos inmersivos con avatares realistas. El objetivo: prepararse emocional y estratégicamente para una charla difícil.

Virti, por ejemplo, colaboró con Amazon en 2024 para entrenar a supervisores jóvenes que pasaban de ser operativos a líderes de equipo. Armar sesiones presenciales era inviable, así que optaron por simulaciones virtuales. ¿El resultado? El 92% de los participantes se sintió más seguro al momento de enfrentar conversaciones desafiantes.

Pero no solo se trata de ensayar. Estas plataformas permiten equivocarse sin consecuencias, explorar diferentes tonos, reacciones y respuestas, e incluso detectar sesgos o patrones estructurales en las organizaciones. También ofrecen la opción de personalizar interacciones: por ejemplo, un avatar puede simular una persona que no habla inglés fluidamente, o alguien que reacciona de forma agresiva o evasiva.

El campo de la salud también empieza a abrazar esta tecnología. En julio de 2025, se lanzó Connexions, una plataforma pensada para entrenar a médicos y empoderar a pacientes en habilidades conversacionales. En pruebas piloto con Harvard y McGill, buscan mejorar la forma en que se comunican síntomas, diagnósticos y tratamientos, y reducir la discriminación por apariencia o peso, algo común en consultorios reales.

A diferencia de los entrenamientos con videos o actores, los avatares con IA permiten una adaptación instantánea y escalable. Solo se necesita un dispositivo, conexión a internet y —fundamentalmente— voluntad de encarar lo que se viene esquivando.

Porque, al final, ninguna tecnología reemplaza una conversación auténtica. Pero sí puede ayudarte a llegar mejor preparado. Y en una época en la que las habilidades blandas empiezan a pesar tanto como el conocimiento técnico, saber hablar, escuchar y manejar el conflicto puede ser la diferencia entre que todo funcione… o todo se desmadre.

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