En una semana de alta tensión para San Lorenzo, con denuncias, allanamientos y los fanáticos movilizados a la sede tras viralizarse un video del presidente Marcelo Moretti recibiendo fajos de dólares, este sábado el equipo juega con Rosario Central por el Torneo Apertura. Una situación de descontento que se reflejó también en los cantos en las tribunas.
Pero, previo al partido, las imágenes del Papa Francisco fueron las que ganaron protagonismo en el día de su despedida en el Vaticano, tras la emotiva homilía en su funeral en la Plaza de San Pedro. Mientras eso sucedía en Roma, en el club de sus amores ya aparecían en el vestuario local las camisetas evocativas, con el grabado del Santo Padre sobre el pecho.
Todo muy simbólico. Como las banderas en las tribunas, unos cuadros que se exhibieron en el campo de juego, una escultura y la bandera que sostuvieron los capitanes Iker Muniain, de San Lorenzo, y Jorge Broun, de Rosario Central, mientras se hizo el minuto de homenaje con ellos en la mitad de la cancha.
No hubo silencio, sino aplausos y el reconocimiento de los hinchas al grito de: “El Papa es de Boedo, el Papa es de Boedo”. Un respeto supremo, con los dos jugadores exhibiéndola a cada lado del estadio y el resto de sus compañeros alineados en el círculo central.