El ejército israelí acusó el domingo a Hezbolá de buscar una escalada militar que podría arrastrar a Líbano a una guerra, después de nuevos enfrentamientos en la frontera.

“Hezbolá está agrediendo y arrastrando a Líbano a una guerra de la que no se beneficiará en absoluto, pero en la que corre el riesgo de perder mucho”, advirtió el portavoz del ejército israelí Jonathan Conricus, en X (ex-Twitter).

La tensión en la frontera entre Israel y Líbano es muy alta desde el ataque lanzado el 7 de octubre por el movimiento islamista palestino Hamás en Israel.

La última guerra entre Israel y Hezbolá en 2006 dejó 1.200 libaneses muertos, en su mayoría civiles, y a 160 israelíes, en su mayoría militares.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanayahu, advirtió el domingo que la formación libanesa apoyada por Irán “cometería el error de su vida” si decide entrar en la guerra contra Israel y que las consecuencias serán “devastadoras para el Líbano”.

La comunidad internacional teme un desbordamiento de la guerra entre Hamás e Israel, y en particular una mayor participación de Hezbolá, aliado del movimiento islamista palestino.

El ejército israelí está en alerta máxima en su frontera norte con Líbano desde el 7 de octubre.

Los dos países están técnicamente en estado de guerra y la zona fronteriza en el sur de Líbano es un bastión de Hezbolá, que tiene una fuerza de ataque militar muy importante.

Los enfrentamientos transfronterizos causaron la muerte este fin de semana de seis combatientes de Hezbolá y de un miembro de la Yihad Islámica palestina en Líbano, mientras que tres soldados israelíes resultaron heridos, uno de gravedad, así como dos trabajadores agrícolas tailandeses.

Desde el 7 de octubre, 36 personas han muerto en el lado libanés, en su mayoría combatientes, pero también civiles, incluido un periodista de la agencia Reuters.

El ejército israelí, por su parte, informó de cuatro muertos (tres soldados y un civil).

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