EFE / En un multitudinario y simbólico mitin electoral frente a la Casa Blanca, la candidata presidencial demócrata, Kamala Harris, reivindicó este martes que Estados Unidos necesita un “nuevo liderazgo” y pidió a los ciudadanos “pasar página” de lo que representa su rival republicano, el expresidente Donald Trump.

La vicepresidenta eligió para su mensaje un lugar muy simbólico: el parque de la Elipse de Washington, ubicado detrás de la Casa Blanca y a un lado de la Explanada Nacional, el mismo punto donde Trump se dirigió en 2021 a la turba de seguidores que minutos después asaltó el Capitolio para frenar la transición de poderes.

También escogió una fecha clave, dado que falta exactamente una semana para las elecciones y las encuestas apuntan a que la contienda podría ser la más ajustada del último siglo.

“Me comprometo a ser una presidenta para todos los estadounidenses, a poner siempre al país por encima del partido y por encima de mí misma”, declaró aclamada por una multitud que se extendía hasta los pies del obelisco dedicado a George Washington.

En plena recta final de los comicios, Harris hizo un parón en su recorrido por los estados clave que decidirán las elecciones y se presentó en la capital para mostrar una imagen presidenciable ante todo el país y en horario de máxima audiencia.

“Es hora de pasar página al drama y el conflicto, el miedo y la división. Es hora de una nueva generación de liderazgo en Estados Unidos. Estoy preparada para ofrecer ese liderazgo”, afirmó.

El objetivo del evento era remarcar un contraste total entre Harris y su rival, quien el 6 de enero de 2021 animó a sus simpatizantes desde ese mismo lugar, a marchar hacia el Capitolio mientras el Congreso certificaba la victoria de Joe Biden, unos resultados que el republicano sigue sin aceptar.

Trump, quien llama “héroes” a los condenados por ese ataque, está imputado ante el tribunal federal del Distrito de Columbia por haber presuntamente instigado el asalto, en el que murieron cinco personas.

La vicepresidenta retrató a su rival como “inestable, obsesionado con la venganza, consumido por el agravio y en búsqueda de un poder sin control”.

Cargó además contra Trump por haber dicho recientemente que está dispuesto a usar el Ejército para combatir al “enemigo interno” de Estados Unidos, en una supuesta referencia a sus rivales políticos.

Mientras el republicano quiere volver a la Casa Blanca con una “lista de enemigos”, Harris afirmó que ella pretende llegar a la presidencia con una “lista de cosas por hacer” para mejorar la vida de los estadounidenses.

Ausencia de Biden

Harris estuvo arropada por su esposo, Doug Emhoff, pero destacó la ausencia de Biden, quien ha tenido un perfil muy discreto desde que en julio renunció a presentarse a la reelección y le pasó el testigo.

“Esta es su noche (de Harris)”, declaró a la prensa el presidente para justificar su ausencia.

Otra gran ausencia fueron las referencias en el discurso a la guerra de Gaza, un conflicto que puede afectar sus aspiraciones especialmente en el estado clave de Míchigan, donde reside una gran población árabe.

Centenares de personas se lo intentaron recordar con una manifestación propalestina fuera del cordón de seguridad del evento que no logró interrumpir el mensaje de Harris.

Dentro del mitin, miles de personas ondeaban banderas estadounidenses o portaban camisetas a favor de Harris, como Melissa, una mujer blanca que hizo seis horas de espera para escucharla.

“Con Kamala Harris no volveremos a tener un 6 de enero (asalto al Capitolio)”, declaró a EFE esta residente en la capital estadounidense, quien considera que “Trump no debería ni acercarse a la Casa Blanca de nuevo”.

Polémica en el lado republicano

El gran discurso de Harris coincide además con la polémica desatada en el multitudinario mitin de Trump del domingo en el Madison Square Garden de Nueva York, donde un humorista que intervino llamó a Puerto Rico “isla de basura flotante”.

Lejos de disculparse, Trump defendió este martes que su evento fue en realidad “un festival del amor”, aunque también admitió que se dijeron “algunas cosas malas”.

No fue casual que la selección musical del mitin de Harris incluyera música de la cantante de origen puertorriqueño Jennifer López y que la animadora del acto exclamara: “Amamos Puerto Rico!”.

Entre el público, Carol, que emigró de Nigeria hace casi cuatro décadas, bailaba eufórica con los labios pintados de color azul demócrata para apoyar a Harris.

Estados Unidos siempre ha sido un “crisol” de personas de orígenes diversos, reivindicó en clara referencia a la retórica xenófoba de Trump.

“¿Dónde está el Estados Unidos que conocí cuando llegué y que tanto amo?”, cuestionó entrevistada por EFE. “Aquí estamos!”, le respondieron otras simpatizantes.

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