Actualmente, Israel, Estados Unidos -su principal socio- y la Unión Europea consideran a Hamás un movimiento terrorista.

El día que estalló la guerra, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, condenó “los ataques terroristas” contra Israel y advirtió que Washington “nunca” dejará de respaldar al gobierno israelí.

“Que no se equivoque nadie en la región que esté considerando operar contra Israel. Israel es un país muy fuerte y empleará todo su poder y fuerza para defenderse a sí mismo y a su pueblo”, subrayó Herzog, al exigir a Hamás garantizar el bienestar de los rehenes así como su “regreso inmediato a Israel”.

Un portavoz del movimiento islamista aseguró a EFE que no hay ninguna negociación desarrollándose con el gobierno israelí sobre un posible intercambio de rehenes por presos palestinos, una versión que concuerda con la de Israel.

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