Las autoridades francesas esperan a unos 120 jefes de Estado y/o de Gobierno con ocasión de la inauguración de los Juegos Olímpicos de París el 26 de julio, lo que debería constituir un récord y dar lugar a una intensa actividad diplomática.

Fuentes del Ministerio francés de Exteriores calculan que también habrá unos 160 ministros, sobre todo de Deportes, en un evento sin precedentes en la historia de los Juegos Olímpicos por el número de delegaciones de alto nivel.

Las invitaciones para esa ceremonia no corren a cargo del país organizador de los Juegos, en este caso Francia, sino del Comité Olímpico Internacional (COI) junto con los comités olímpicos nacionales.

En cualquier caso, el presidente francés, Emmanuel Macron, acogerá a los líderes presentes, unas horas antes del desfile olímpico por el río Sena con los deportistas, en el Palacio del Elíseo, en una ceremonia protocolaria que será la ocasión para entrevistas más o menos informales.

Los organizadores esperan allí “muy numerosos encuentros bilaterales” y Macron aprovechará para mantener algunos de ellos.

La víspera, el presidente francés también hará de anfitrión de una cumbre organizada de forma conjunta con el COI sobre el futuro del deporte en un mundo más sostenible, y centrada de forma particular en la juventud.

Aunque todavía es pronto para saber cuántas delegaciones estarán presentes en esa cumbre, que tendrá como probable escenario el Louvre, se ha programado la asistencia de responsables de organizaciones internacionales, incluidas algunas del ámbito deportivo, así como varias ONG.

Las fuentes diplomáticas francesas subrayaron la “audacia” que supone, entre otras en términos de seguridad, organizar la ceremonia de apertura de los JJ.OO. en el tramo del Sena que atraviesa el centro de París, por primera vez fuera de un estadio.

Se prevé que habrá 320.000 espectadores en las orillas del río y en las calles y edificios adyacentes, para lo cual se va a desplegar un inédito dispositivo de seguridad, que incluirá 45.000 miembros de las fuerzas de seguridad francesas y 24.000 agentes privados, además de los 18.000 militares movilizados.

Francia contará durante estos Juegos Olímpicos con la ayuda de unos 45 países, la mayoría europeos, de los que llegarán unos 1.100 profesionales (una cifra que puede evolucionar) para refuerzos específicos de ese dispositivo de seguridad.

Ya es habitual la presencia de policías de otros países en competiciones deportivas u otro tipo de eventos (como concentraciones turísticas) para constituir patrullas que acompañan a agentes franceses, que en última instancia son los habilitados para intervenir utilizando la fuerza.

En este caso, hay solicitudes francesas para disponer de más equipos de perros olfateadores expertos en la detección de explosivos y sus manejadores.

Por lo que se refiere a la cobertura mediática, hay unos 30.000 profesionales acreditados, a los que se añadirán unos 6.000 periodistas no acreditados, según los cálculos del Ministerio de Exteriores, que también estarán cubriendo en Francia la información en torno a los Juegos Olímpicos.

Francia espera alrededor de 1,6 millones de visitantes extranjeros para los JJ.OO., que supondrán en torno al 10 % del total. Las autoridades han puesto en pie un dispositivo especial para facilitar la concesión de visados para los países que lo necesitan.

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