EFE / Felipe VI subió este miércoles a la cubierta del buque anfibio portaeronaves ‘Juan Carlos I’, el mayor buque de guerra de España, atracado en el puerto de Tallin, la capital de Estonia, después de haber participado durante el mes de junio en el principal ejercicio que la OTAN lleva a cabo cada año en aguas del Mar Báltico.
La visita al barco tuvo lugar con motivo de la visita oficial del rey a Estonia, primera parada de la gira que también le va a llevar a Lituania y Letonia para mantener contactos institucionales y conocer la actividad de los contingentes militares que España tiene desplegados en los tres países bálticos en misiones de la Alianza Atlántica contra la amenaza de Rusia.
“Juan Carlos I, su majestad Felipe VI, a bordo”, sonó por la megafonía del barco para anunciar la llegada del rey, vestido con uniforme de la Armada.
Acompañado por el presidente estonio, Alar Karis, don Felipe asistió a una sesión informativa sobre el desarrollo de las maniobras con los países aliados, en las que también ha participado la fragata ‘Blas de Lezo’, atracada al otro lado del muelle.
Luego subió a la cubierta, donde se hizo con una foto con los 1.500 militares que componen la dotación de ambos barcos, con los que mantuvo un encuentro en el que les transmitió el agradecimiento y la admiración por la labor desempeñada.
España ha sido uno de los países que ha aportado un mayor contingente al ejercicio ‘Baltops’, que la OTAN ha desarrollado en el Báltico desde 1972, si bien en los últimos años ha cobrado mayor protagonismo tras la invasión rusa de Crimea en 2014 y la guerra contra Ucrania que comenzó en febrero de 2022.
El ‘Juan Carlos I’ ha sido el único portaaeronaves del medio centenar de buques que han intervenido junto a 9.000 militares y 85 aeronaves de 19 países, con el estreno de Finlandia y Suecia, nuevos socios de la OTAN desde el pasado año.
Con una eslora de 231 metros, el buque insignia de la Armada española entró en servicio en septiembre de 2010 después de cinco años de construcción en Ferrol (A Coruña), con un coste de unos 400 millones de euros.
Además de transportar aeronaves -en la actualidad alberga seis cazas y tres helicópteros-, dispone de capacidad para desembarcar medios en tierra y cuenta con un hospital, dotado con ocho camas de unidad de cuidados intensivos y dos quirófanos, que se empleó para prestar ayuda humanitaria en Turquía tras el terremoto del pasado año.
También tiene la particularidad de que es un buque eléctrico, lo que reduce notablemente la contaminación en sus travesías.
Se bautizó con el nombre del anterior jefe del Estado de acuerdo con la tradición de la Armada de asignar a uno de sus buques principales el nombre del monarca reinante, que se remonta a comienzos del siglo XVIII.
El ‘Juan Carlos I’, que en las próximas horas zarpa hacia Helsinki (Finlandia), regresará a España, al puerto de Bilbao, el próximo 5 de julio después de que comenzara su travesía el pasado 3 de abril con rumbo a Estambul.
El rey se desplazó al puerto de Tallin tras ser recibido por el presidente estonio en el palacio de Kadriorg, donde mantuvieron una reunión para charlar de la relación bilateral y de la situación de seguridad en los tres países bálticos debido a la guerra de Ucrania, y visitar el Parlamento.
El viaje ha venido precedido por la polémica puesto que es la primera ocasión en la que el jefe del Estado emprende una visita oficial al extranjero sin que le acompañe nadie del Gobierno, si bien la ministra de Defensa, Margarita Robles, se incorporará a la visita de las tropas en Letonia el próximo martes por la tarde, en el último acto de la gira.