Silvia Pinal, icónica actriz y figura indiscutible del cine mexicano, falleció a los 94 años tras enfrentar complicaciones derivadas de una reciente infección de vías urinarias. La noticia, confirmada por Televisa y fuentes cercanas a su familia, marca el final de una era en la historia del espectáculo en México.
Pinal permaneció hospitalizada desde el 21 de noviembre, y aunque su hija, Sylvia Pasquel, había informado de una aparente recuperación, el deterioro de su salud no permitió su regreso a casa. En los últimos días, se intensificaron las especulaciones sobre su estado, especialmente después de que su hija Alejandra Guzmán revelara que había ingresado a terapia intensiva debido a una arritmia cardíaca y presión arterial baja.
Un legado de fortaleza y talento
La vida de Silvia Pinal estuvo marcada por momentos de desafío personal y logros artísticos. Durante los últimos años, enfrentó problemas de salud recurrentes, incluyendo contagios de influenza y COVID-19, una fractura de cadera, y episodios críticos de arritmias y presión arterial. A pesar de estas dificultades, la actriz continuó siendo un referente del cine y la televisión, dejando un legado imborrable con más de 100 producciones en cine, televisión y teatro.
Un ícono de trascendencia internacional
Silvia Pinal destacó por su papel en Viridiana (1961), dirigida por Luis Buñuel, que la consagró como una de las actrices más reconocidas a nivel internacional. A lo largo de su carrera, recibió tres premios Ariel a Mejor Actriz, además de un Ariel de Oro por su trayectoria. Su incursión en el teatro y la política, incluyendo su labor como diputada federal y presidenta de la ANDA, mostró su versatilidad y compromiso con la cultura y el arte en México.
Amor, lucha y resiliencia
En su autobiografía, Esta soy yo, Pinal narró los episodios más íntimos de su vida, incluyendo relaciones marcadas por el amor y el dolor. Fue madre de cuatro hijos y vivió matrimonios complicados, como el que sostuvo con Enrique Guzmán, del que surgieron revelaciones de violencia y traición. También sufrió la pérdida de su hija Viridiana, lo que representó uno de los momentos más trágicos de su vida.
Un adiós a una leyenda
La partida de Silvia Pinal no solo marca el final de la última diva del cine mexicano, sino también el cierre de un capítulo dorado en la historia del espectáculo. Su vida, llena de altos y bajos, será recordada como un ejemplo de perseverancia y amor por el arte, dejando una huella imborrable en la cultura mexicana.