El mundo de la lucha libre perdió a una de sus grandes leyendas con el fallecimiento de Akihiro Hamada, mejor conocido en el cuadrilátero como ‘Gran Hamada’. A la edad de 74 años, hoy 15 de febrero, este icónico luchador dejó un legado imborrable tanto en Japón como en México, países donde su talento y pasión por el deporte marcaron a generaciones de aficionados y luchadores.
Nacido el 27 de noviembre de 1950, Gran Hamada fue pionero en la evolución de la lucha libre, combinando el estilo japonés con la espectacularidad y destreza del estilo mexicano. Su técnica depurada y su habilidad para el combate lo llevaron a conquistar múltiples títulos a lo largo de su carrera, entre los que destacan:
- Campeón Mundial de Peso Medio de la NWA
- Campeón de Peso Semicompleto de la UWA
- Campeón de Peso Semicompleto Junior de la WWF
- Campeón Intercontinental de Parejas de la WWF, junto al legendario Perro Aguayo
Más allá de los títulos, Gran Hamada fue un embajador del deporte y un puente entre dos culturas apasionadas por la lucha libre. Su influencia trascendió los cuadriláteros, dejando una marca indeleble en la historia del pancracio internacional.
Su legado continuó en la siguiente generación, ya que sus hijas, Xóchitl y Ayako Hamada, siguieron sus pasos y se convirtieron en destacadas luchadoras profesionales, manteniendo viva la pasión por este deporte.
Tras la confirmación de su fallecimiento, el mundo de la lucha libre se unió en un homenaje lleno de respeto y reconocimiento hacia su contribución a este espectáculo. Gran Hamada no solo será recordado por su técnica y logros, sino por el lazo cultural que forjó entre México y Japón, consolidándose como una de las figuras más influyentes en la historia de la lucha libre.
Descanse en paz, Gran Hamada. Su espíritu y legado vivirán por siempre en el corazón de los aficionados.