Utilizada durante décadas para tratar alergias, picaduras de insectos, insomnio y resfriados, la difenhidramina, más conocida por su nombre comercial Benadryl, está bajo fuerte escrutinio médico. Un grupo de expertos en alergias de instituciones como Johns Hopkins y la Universidad de California en San Diego ha pedido formalmente que el medicamento sea retirado del mercado libre en Estados Unidos, argumentando que es antiguo, potencialmente peligroso y existen opciones más seguras.

“Para cada cuadro médico en el que las personas usan difenhidramina, existen mejores medicamentos”, afirma la Dra. Anna Wolfson, alergóloga del Hospital General de Massachusetts. “Es hora de pasar a otra cosa”.

Un antihistamínico de otro siglo

Aprobada en 1946, la difenhidramina es un antihistamínico de primera generación que actúa sobre múltiples áreas del cerebro, provocando efectos secundarios como somnolencia extrema, deterioro cognitivo, agitación, riesgo de caídas y, en casos graves, efectos cardíacos.

Entre los más vulnerables están los niños y los adultos mayores, quienes pueden experimentar desde alucinaciones y sedación profunda hasta convulsiones y reacciones paradójicas como hiperactividad. Incluso ha sido asociada con hospitalizaciones e intoxicaciones infantiles vinculadas al reto viral de TikTok conocido como el Benadryl Challenge.

“No es un medicamento seguro para ayudar a dormir, ni efectivo contra los síntomas del resfriado”, advierte la Dra. Alyssa Kuban, pediatra en Texas Children’s Pediatrics.

Alternativas más seguras y eficaces

Los especialistas recomiendan sustituir la difenhidramina por antihistamínicos de segunda generación, como:

  • Loratadina (Claritin)
  • Cetirizina (Zyrtec)
  • Fexofenadina (Allegra)

Estas opciones, disponibles también sin receta, actúan durante más tiempo, no provocan somnolencia significativa y son más seguras en pacientes pediátricos y adultos mayores.

“La cetirizina es mi primera elección para niños con urticaria o sarpullido con picazón”, señala la Dra. Kuban. “Tiene menos efectos adversos y una duración de hasta 24 horas”.

Uso común, riesgos altos

A pesar de sus riesgos conocidos, en Estados Unidos se siguen emitiendo más de 1.5 millones de recetas al año de difenhidramina, sin contar la venta libre. El medicamento aparece en más de 300 formulaciones, incluyendo productos para la tos y el resfriado, donde su presencia puede pasar desapercibida.

El llamado de los expertos incluye la propuesta de mover la difenhidramina detrás del mostrador, para que su uso sea orientado por farmacéuticos, y no por decisión individual o recomendaciones informales.

“Es un medicamento que ha ayudado en el pasado, pero hoy sus riesgos superan sus beneficios”, concluyen los autores del estudio. “Es hora de decirle un adiós definitivo. Es un peligro para la salud pública”.


Antes de tomar Benadryl, consulta con tu médico o farmacéutico. La solución no siempre está en el botiquín de siempre.

Shares: