El Gobierno de coalición en España afronta un deterioro político sostenido en 2025, marcado por escándalos en el entorno del Partido Socialista Obrero Español y por la erosión de su base parlamentaria, factores que han relegado la acción legislativa a un segundo plano y tensionado la estabilidad del Ejecutivo encabezado por Pedro Sánchez.
Las principales polémicas se concentran en figuras de máxima confianza del presidente. Destacan las investigaciones por presunta corrupción que afectan a los exsecretarios de organización del PSOE Santos Cerdán y José Luis Ábalos, en el marco del denominado “Caso Koldo”. La Audiencia Nacional indaga posibles pagos irregulares en efectivo a Ábalos y a su exasesor Koldo García entre 2017 y 2024, acusaciones que el partido ha negado.
A este frente se suma la crisis interna por la gestión de denuncias de acoso sexual contra Francisco Salazar, quien iba a sustituir a Cerdán al frente de la secretaría de organización. Las acusaciones, publicadas por ElDiario.es, derivaron en la renuncia de Salazar al cargo y, posteriormente, en su baja como militante. El PSOE abrió un canal interno de denuncias que, según el mismo medio, no atendió adecuadamente algunos casos, lo que obligó a disculpas públicas de la dirección socialista. Sánchez reconoció “errores” en la gestión, mientras reiteró el compromiso del partido con el feminismo y aseguró colaboración plena con la justicia en las causas de corrupción.
Las tensiones se han trasladado al interior del Ejecutivo. Desde Sumar, socio de gobierno del PSOE, se exige un giro profundo. La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, reclamó cambios estructurales en el equipo gubernamental. Sánchez descartó cualquier remodelación y defendió la gestión del Ejecutivo, lo que provocó un comunicado de Sumar exigiendo una respuesta política “a la altura del momento” y una reunión urgente para evaluar la situación.
El frente parlamentario tampoco ofrece alivio. A finales de octubre, Junts per Catalunya retiró su apoyo al Gobierno al considerar incumplidos los acuerdos firmados en noviembre de 2023 para la investidura de Sánchez. Sin Junts, el oficialismo pierde la mayoría necesaria para aprobar leyes, consolidando un bloqueo legislativo. Pese a ello, el presidente sostiene que agotará la legislatura, admitiendo la ruptura con Junts pero apostando por negociar voto a voto para sostener la acción del Gobierno.






