El humo es blanco, hay papa: los cardenales reunidos en la Capilla Sixtina llegaron este jueves a un acuerdo sobre quién será el próximo líder espiritual de mil 400 millones de católicos en el mundo y sucesor del argentino Francisco.
Miles de fieles y curiosos rompieron en aplausos y vítores en el Vaticano al ver la esperada fumata blanca, que estuvo acompañada del redoble de las campanas de la basílica de San Pedro, constataron periodistas de AFP.
“Es una sensación increíble”, dijo Joseph Brian, un cocinero norirlandés de 39 años que viajó a Roma con su madre, de 73 años, para presenciar la elección papal. “No soy demasiado religioso, pero estar aquí con toda esta gente me ha dejado alucinado”.
Las miles de personas congregadas en la plaza ondeaban banderas de Brasil, Chile, Polonia, Colombia, Italia; algunos lloraban. Muchos llegaban corriendo para unirse a la celebración.
Bruna Hodara, una brasileña de 41 años de Porto Alegre, grabó con su celular la fumata blanca que irrumpió en el soleado cielo de Roma hacia las 18H08 (16H08 GMT). “¡Habemus papam, bien!”, celebró.
Todas las miradas están puestas ahora en el balcón de la iglesia más grande del mundo para conocer la identidad del 267º pontífice, que sucederá al primer pontífice latinoamericano.
En los próximos minutos, el cardenal protodiácono, el francés Dominique Mamberti, desvelará su nombre con el anuncio “Habemus papam”, antes de que el nuevo pontífice imparta su bendición “urbi et orbi” (A la ciudad y al mundo).
También se conocerá el nombre con el que reinará.