Luego de su fallido paso por la rectoría de la UAQ, en donde por cierto ahora son los propios universitarios los que le vienen formulando una serie de señalamientos por unos supuestos manejos extraños en la administración de las finanzas universitarias, Gilberto Herrera se ha convertido en el político que quiere que al gobernador Kuri le salgan mal las cosas y que a Querétaro le vaya mal, todo con tal de sacar al PAN del poder en 2027.
Gilberto Herrera es mal visto hasta por sus propios correligionarios, quienes no se muestran convencidos de la ruta que ha seguido el ex rector y quienes han optado por una ruta más propositiva como viene siendo la que encabeza otro diputado federal morenista, de quien se dice, es uno de los realmente cercanos a la presidenta Claudia Sheinbaum y de quien se dice también, que se vino a radicar a Querétaro por encargo de la propia presidenta con miras a posicionarlo rumbo al proceso por la gubernatura en el 2027.
A diferencia de Gilberto Herrera, el discurso de Fernández es tranquilo, mesurado, moderado, muy queretanizado, sobre todo para el hecho de provenir de la Ciudad de México, tímidamente Fernández comienza a formular propuestas para un estado al que va conociendo a la par que desarrolla su carrera legislativa, en tanto que Gilberto recorre el estado incendiando comunidades.
Gilberto Herrera ha fallado en su intento de polemizar con el tema del agua que alimenta una metrópoli de más de millón y medio de habitantes, ahora quiere llevar hospitales a zonas en las que no sería posible su sostenimiento, tan solo porque no hay médicos que se quieran ir a vivir a la Sierra para obtener una plaza y para lo cual ha dicho que si es preciso, habría que traer más médicos cubanos para llenar los hospitales que propone, pero que bien sabe que son inviables.
Herrera ha tomado como banderas algunos de los temas que no le han salido bien al actual gobierno, por ejemplo el sensible retraso en las obras de 5 de febrero y que ya le costaron el puesto al anterior secretario de obras, Fernando González, lo cierto es, que esa obra, terminada o no, ya es funcional y es lo que más le importa a quienes circulan por la misma.
Ahora toma como suyo el problema de la falta de energía eléctrica y dice que hace falta electricidad en más de 200 comunidades a lo largo del estado, sin embargo, lo que Gilberto Herrera deja de lado, es el hecho de que los gobiernos estatales nada tienen que ver con la instalación de infraestructura eléctrica, tema que corresponde por completo a la CFE, pero Gilberto ha encontrado en este tema, un nuevo nicho para golpetear a su némesis Mauricio Kuri.
Herrera sabe que la mejor campana es la que se despliega desde la oposición, pero ignora o no parece importarle, que la gente en Querétaro no le gustan ese tipo de campañas golpeadoras, la alternancia, en las veces que ha ocurrido en Querétaro, ha transcurrido sin mayores agravios entre las partes. Claramente Gilberto Herrera ha querido tropicalizar el manejo que Morena despliega en otros estados polarizando y enfrentando a la ciudadanía a la espera de que ello le reditué electoralmente. Sin embargo en Querétaro, la gente y aún quienes vienen de fuera, piensan diferente.
Así dos de los candidatos más evidentes de Morena para la gubernatura, un Gilberto incendiario y golpeador y un Luis Humberto mesurado y conciliador.