EFE / El papa Francisco recordó este domingo al franciscano español Manuel Blanco, su confesor, fallecido el pasado jueves, y por la mañana acudió a rezar ante su féretro en una iglesia del barrio romano de Trastevere.
“El otro día falleció el padre Manuel Blanco, un franciscano que desde hacía 44 años vivía en la iglesia de los ‘Santi Quaranta Martiri y San Pasquale Baylon’ en Roma”, dijo el pontífice desde la ventana del Palacio Apostólico, ante cientos de fieles que le escuchaban desde la plaza de San Pedro.
Francisco le recordó como “un superior, confesor y consejero”.
“Recordándolo hoy quisiera recordar a los tantos hermanos franciscanos, confesores y predicadores que han honrado y honran a la Iglesia de Roma. Gracias a todos ellos”, terminó.
El padre Manuel Blanco, zamorano, falleció en la noche entre el jueves y el viernes a la edad de 85 años, informó la Orden Franciscana en un comunicado, en el que recordó su trayectoria en la Iglesia y “más recientemente como confesor del papa Francisco”.
El funeral del clérigo tendrá lugar mañana lunes 24 de junio a las 10:00 horas locales (8:00 GMT) en la iglesia de los ‘Santi Quaranta Martiri y San Pasquale Baylon”, se lee en la nota.
El pontífice, tal y como había revelado durante el Ángelus, acudió en la mañana de este domingo a la mencionada iglesia para rezar ante su féretro, en la silla de ruedas que suele usar por sus conocidos problemas de movilidad, informó el medio oficial ‘Vatican News’.
La visita de Francisco fue por sorpresa, según explicó al portal el fraile José Manuel Sanchís Cantó, que reside en esa misma iglesia.
“Esta mañana antes de las 7 ha sonado el timbre. El padre superior nos había avisado de que llegaría alguien de la Casa Pontificia pero no pensábamos que pudiera ser el papa. Cuando he abierto estaba la Gendarmería vaticana que me avisaba de la inminente llegada del papa”, relató.
Bergoglio en primer lugar habló con los frailes que viven en ese lugar, interesándose por su procedencia, para después darles algún consejo y hablarles del padre Blanco, a quien recordó como “una persona buena, misericordiosa y tranquila”.
“Lo primero que ha querido hacer el papa ha sido acercarse lo máximo posible al féretro y ahí ha permanecido todo el tiempo”, afirmó el franciscano.