La creciente enemistad entre Elon Musk, CEO de Tesla y SpaceX, y el expresidente Donald Trump ha escalado a una guerra verbal con acusaciones personales y choques por políticas presupuestarias. Desde el Senado, los republicanos intentan calmar las aguas… o al menos, poner los pies en la tierra.
La disputa estalló tras el rechazo público de Musk al nuevo proyecto de ley presupuestaria promovido por Trump, al que calificó como una “abominación repugnante” en su cuenta de X (antes Twitter). La iniciativa, conocida entre republicanos como el “gran y hermoso bill”, busca importantes recortes en el gasto federal. Musk fue aún más lejos al insinuar que Trump figura en los archivos del caso Epstein, y que eso explicaría su ocultamiento.
Por su parte, Trump no se quedó callado: acusó a Musk de volverse “loco” tras eliminar el mandato federal que impulsaba la compra de vehículos eléctricos. “¡Siempre me sorprendió que Biden no lo hiciera!”, escribió el expresidente en su red social, Truth Social. Además, amenazó con cancelar todos los contratos gubernamentales vinculados a las empresas del multimillonario.
Ante este choque de egos, los senadores republicanos John Cornyn (Texas) y Roger Marshall (Kansas) compartieron su postura. Cornyn intentó mediar, destacando la labor de Musk al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés) y su capacidad para visibilizar el despilfarro burocrático. Aun así, evitó tomar partido.
Más directo fue el senador Marshall, quien afirmó que Elon Musk “tiene que entender que él no es el CEO aquí”. Según explicó, en la política no se manda como en una empresa privada: “Cuando eres CEO, la gente te pregunta ‘¿qué tan alto salto?’, pero Trump está trabajando con un consejo… aquí somos 100 senadores, allá hay 435 congresistas. Es un trabajo en equipo”.
Marshall también defendió el polémico proyecto de ley, minimizando la disputa pública con Musk. Negó que la reforma implique recortes para quienes realmente necesitan Medicaid o cupones de alimentos (SNAP), aunque sí admitió que hay “millones de personas sanas en edad de trabajar” que deberían salir del sistema de asistencia.
🔍 Mientras Musk y Trump intercambian ataques personales, el Senado avanza en la discusión de un paquete fiscal que podría redefinir el gasto público en EE. UU., con un ojo en el déficit y otro en las próximas elecciones.