México sufre escases de agua y, de no cambiar los hábitos de consumo, en unos años podríamos llegar al “Día Cero”
Por Dr. Carlos Javier Escudero Santiago, Académico de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG)
Cuando la demanda de agua es más alta que la cantidad disponible durante un periodo determinado, o bien, su uso se ve restringido por su baja calidad, hablamos de estrés hídrico. México se encuentra dentro de los 25 países de mayor estrés hídrico, de un listado de 164 países.
Lo anterior, sitúa al país en un escenario de gran vulnerabilidad en cuanto a disponibilidad del agua, tanto que, de acuerdo con proyecciones del World Resources Institute, se estima que para el año 2040 en México prevalecerá un nivel alto de estrés hídrico.
Las irregularidades climáticas, la diversificación de las actividades productivas, crecimiento de las ciudades, el ritmo de consumo del agua con la carencia de una cultura de su cuidado ha aumentado los problemas por asegurar el vital líquido en las poblaciones.
De crisis hídrica a crisis social
Si hoy buscamos noticias sobre el agua, nos encontraremos con el #DíaCero, que implica que el suministro libre de agua termina y empieza el racionamiento del acceso al líquido. En la mayor parte de la República Mexicana estamos cerca de llegar a ese Día.
Reportes de la Organización de las Naciones Unidas indican que la escasez de agua podría desplazar cerca de 700 millones de personas para el 2030 (ONU, 2019), aunado a los conflictos sociales, bélicos y situaciones relacionadas con el cambio climático que prevalece hoy en el orbe.
Hace cerca de 9 años veíamos que la zona de Cabo Occidental, en Sudáfrica, atravesaba por una sequía prolongada, reduciendo el volumen de agua embalsada en seis de sus presas más grandes, lo que condujo a decretar en 2018 el “Día Cero” en Ciudad del Cabo, una ciudad con más población que Guadalajara, en México.
Lo anterior significó que los ciudadanos de esta ciudad sudafricana tenían que consumir solamente 50 litros de agua al día para cubrir sus necesidades. Reflexionemos ¿cuánta agua consumimos desde que nos levantamos hasta que nos dormimos?, ¿podríamos subsistir con solo 50 litros de agua al día? (cuando de acuerdo con datos de la ONU en promedio cada mexicano consume 366 L/hab./día).
Niveles críticos
Desde inicios del 2024 hemos sabido del problema que hay en México sobre la disponibilidad de agua con las noticias sobre el abatimiento de las reservas, por ejemplo, se reportan niveles críticos del sistema Cutzamala, que es la principal fuente de agua dulce para la gran Ciudad de México. La situación se agrava en diferentes regiones del país.
En Aguascalientes la presa de Elías Calles, donde está el Santuario del Cristo Roto, tiene un nivel de almacenamiento de apenas el 10%; la Presa Benito Juárez en la Región del Istmo en Oaxaca se encuentra en un 30% de su capacidad de almacenamiento, dejando al descubierto el Convento dominico que siempre se encuentra inundado; la presa Peñuelitas, que es la principal fuente de abastecimiento para el municipio de Dolores Hidalgo, Guanajuato, tiene 1% de su capacidad lo que pone en riesgo a pescadores, agricultores y a la población en general; la Laguna de Zumpango en el Estado de México se encuentra seco, y aun así hay empresas que están perforando su superficie para extraer lo que pudiera quedar de agua en sus profundidades; ¡estamos en una crisis hídrica!.
Jalisco enfrenta también una situación desfavorable, pues la sequía afecta al 85% de los municipios (CONAGUA, 2024), de los cuales 37% se encuentran en sequía severa y alrededor del 2.5% en un entorno de sequía extrema. El lago de Chapala, principal fuente de abastecimiento de agua a la Zona Metropolitana de Guadalajara, ha perdido más del 50% del volumen de almacenamiento por la sequía, lo que plantea un escenario muy complicado, pues aún estamos por enfrentar la etapa de estiaje más ardua.
Sequía y baja recaudación
En alguna ocasión en un foro se comentó que el agua no se va a agotar, y es cierto, como establece la ley de la conservación de la materia “la materia no se crea ni se destruye, solo se transforma”, y ¿si el agua disponible ya no está en las presas que suministran a las potabilizadoras para su distribución a la población y, ahora se encuentra en forma de nubes por la alta evaporación, o en el mar, o bien se encuentra contaminada?, ¿las comunidades disponen o dispondrán del recurso económico para uso de esa agua, potabilizarla y entregársela a sus habitantes?, ese es el problema.
Hace unos días se publicó una nota periodística donde se decía que hasta 99% de operadores de agua enfrenta quiebra en México, encargados del saneamiento y suministro del recurso hídrico a los municipios, derivado de una baja recaudación y tarifas poco claras a los (grandes) consumidores, esto se traduce en mala eficiencia de operación de las plantas de tratamiento de agua residual, por lo que se están desperdiciando grandes volúmenes del recurso que podrían usarse para otros fines como la agricultura.
De acuerdo con reportes de la Comisión Nacional del Agua, actualmente la mitad de las Entidades de México presentan más del 80% de sus municipios con algún grado de sequía. Los Estados de Chihuahua, Sinaloa, Durango, Guanajuato, Ciudad de México, Morelos, Querétaro, Aguascalientes e Hidalgo cuentan con el 100% de sus municipios con sequía.
¡Hoy más que nunca, cuidemos el agua!, no solo este 22 de marzo en que se celebra el Día Mundial el Agua, no esperemos a que nos alcance el Día Cero, para concientizarnos en su ahorro, en su racionamiento, en el respeto del vital líquido.
El Dr. Carlos Javier Escudero, es Profesor-Investigador del Decanato de Diseño, Ciencia y Tecnología, de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), dirige al grupo de investigación Procesos Químicos Sostenibles, desde el 2019 es Miembro Directivo del grupo Young Water Professionals Capítulo México, vinculado con la International Water Association y, actualmente forma parte del Comité Académico del Consejo de Cuenca del Río Santiago.