En un mundo cada vez más polarizado, una de las discusiones más comunes no tiene que ver con política, sino con higiene: ¿es mejor ducharse por la mañana o por la noche?

La ciencia parece tener una respuesta menos radical de lo que algunos esperarían.

Higiene y bacterias

La ducha elimina sudor, grasa, polvo y contaminantes que se acumulan en la piel a lo largo del día. Para quienes prefieren bañarse por la noche, la lógica es clara: irse a la cama limpio evita llevar toda esa suciedad a las sábanas.

Pero según Primrose Freestone, microbióloga de la Universidad de Leicester, esto no garantiza que despiertes fresco. “Aunque te duches antes de dormir, sudas durante la noche —hasta medio litro— y desprendes miles de células de piel, lo que genera un microambiente donde las bacterias se multiplican”, explica.

Por ello, el beneficio de ducharse de noche depende de que la ropa de cama se lave con regularidad, pues bacterias, hongos y ácaros pueden acumularse durante semanas. Esto es especialmente importante para personas con alergias o asma grave, que son más sensibles a estas partículas.

“Probablemente sea más importante lavar las sábanas que ducharse por la noche”, apunta Holly Wilkinson, especialista en microbioma de la Universidad de Hull.

Dormir mejor

Si bien la higiene es importante, hay evidencia de que una ducha nocturna puede ayudar a conciliar el sueño. Un metaanálisis de 13 estudios encontró que un baño caliente de 10 minutos entre una y dos horas antes de acostarse reduce el tiempo que tarda en llegar el sueño, ya que el aumento y posterior disminución de la temperatura corporal actúa como señal para el reloj biológico.

¿Entonces, qué es mejor?

Freestone se inclina por la ducha matutina para eliminar el sudor y los microbios acumulados durante la noche y comenzar el día más limpio. Pero ambas expertas coinciden en que la elección es más cuestión de preferencia personal que de salud.

De hecho, Wilkinson señala que si se lavan a diario las “zonas clave” del cuerpo, ducharse dos o tres veces por semana puede ser suficiente para la mayoría de las personas.

En conclusión, más que decidir si ducharse en la mañana o en la noche, lo fundamental es mantener la ropa de cama limpia y elegir el horario que te haga sentir mejor.

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