Una de las actividades fundamentales de las y los arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), institución de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, es la ejecución de proyectos de salvamento arqueológico, los cuales tienen por objetivo proteger y preservar el patrimonio cultural del país.

El Seminario Regional “Patrimonio cultural y complejidad social del occidente de México”, organizado por los Centros INAH de Colima, Jalisco, Michoacán y Nayarit, se desarrolló el 26 de junio de 2024 y reunió a arqueólogos e investigadores para compartir experiencias, metodologías y técnicas de trabajo con miras al fortalecimiento de la práctica arqueológica.

La cuarta sesión del seminario, “Impacto social y experiencias de los trabajos de salvamento arqueológico en el occidente de México”, contó con la participación del investigador del Centro INAH Colima, Rafael Platas Ruíz; del arqueólogo del Centro INAH Michoacán, Ramiro Aguayo Haro, y de la investigadora de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA), Berenice Flores Montes de Oca; bajo la moderación del arqueólogo José Luis Punzo Díaz, adscrito igualmente al Centro INAH Michoacán.

En su intervención, Platas Ruíz refirió que la mayor parte del trabajo de salvamento arqueológico en Colima se realiza en el valle de Colima, al que pertenece el Pueblo Mágico de Comala. “Se trata de un área rica en contextos arqueológicos, cuya ocupación prehispánica abarca desde los periodos Preclásico (1500-1200 a.C.) hasta el Posclásico (1000-1500 d.C.)”.

Con el objetivo de preservar el patrimonio de la entidad, dijo, se trabaja junto con la sociedad civil, la iniciativa privada, los medios de comunicación y las autoridades municipales, en acciones que invitan a las personas a informar al INAH sobre hallazgos arqueológicos en la región, así como en visitas guiadas que permitan a las y los colimenses conocer aspectos de la conservación de los monumentos.

Anualmente, el Centro INAH Colima recibe de 130 a 150 solicitudes para realizar salvamento arqueológico; sin embargo, tras la inspección y respectivo dictamen, algunas corresponden a regularizaciones y otras a supervisiones de obra, de salvamento solo de 10 a 15. En 2023, se atendieron 137 solicitudes para realizar salvamento arqueológico, y en lo que va de 2024, se han atendido 44.

La dinámica de trabajo en los salvamentos arqueológicos, detalló Platas Ruíz, permite conocer el patrón de asentamiento, los sistemas de enterramiento y el estilo arquitectónico de cada fase cultural. A su vez, el desarrollo de las investigaciones arqueológicas en la entidad deriva en publicaciones, libros, artículos, ponencias, colaboraciones con revistas universitarias y exposiciones museográficas.

En su intervención, el arqueólogo Ramiro Aguayo Haro, dijo que en el Centro INAH Michoacán se siguen cuatro líneas de trabajo: la procedencia de materias primas, estudio medioambiental, registro del camino, análisis artefactual y datación de los elementos.

Además del Consejo de Arqueología del INAH, añadió, en esta tarea participan el Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Tierra, el Servicio Arqueomagnético Nacional y la Facultad de Biología Tzipequahrengua.

Por su parte, la arqueóloga Flores Montes de Oca puntualizó que en la planificación de un proyecto de salvamento arqueológico se determina el área que abarcará el estudio, el presupuesto y la duración del proyecto.

Aunado a ello, refirió que el material arqueológico recuperado es trasladado al laboratorio para análisis y estudio, cuyos resultados se integran en un informe, con el cual termina el proceso.

Para realizar todos los análisis necesarios, concluyó, es necesario utilizar técnicas interdisciplinarias que permitan a las y los investigadores interpretar los datos.

Shares: