A pocos días de cumplir 100 años —el próximo 13 de diciembre— la leyenda del cine y la televisión Dick Van Dyke asegura sentirse “muy bien” y sin “dolor ni molestias”, algo que atribuye no a dietas estrictas ni rutinas exigentes, sino a una actitud de vida basada en la tranquilidad emocional.

En una conversación reciente con People, el icónico actor afirmó que evitar la ira y el resentimiento ha sido clave para su longevidad. “Siempre he pensado que la ira es algo que corroe las entrañas de una persona. Y el odio. Creo que eso es lo que hice bien”, dijo.

Van Dyke, conocido por clásicos como Mary Poppins y Chitty Chitty Bang Bang, reconoció entre risas que es “bastante perezoso”, pero que jamás permitió que el rencor moldeara su carácter. “Nunca me despierto de mal humor”, aseguró.

Su visión contrasta con la de su padre, quien —según contó— vivió permanentemente “disgustado por el estado de las cosas” y murió a los 73 años. Para el actor, evitar ese desgaste emocional ha marcado una diferencia sustancial: “Creo que eso me hizo seguir adelante”.

Investigaciones recientes parecen respaldar esa intuición. Expertos coinciden en que la ira crónica eleva la inflamación del cuerpo, acelera el desgaste asociado al envejecimiento y aumenta el riesgo de enfermedades. En contraste, reducir la hostilidad puede favorecer la resiliencia y contribuir a una vida más larga y saludable.

Van Dyke afirma que la clave puede estar en la perspectiva de cada persona: “Creo que nací con una visión más brillante”. Y a punto de cumplir un siglo de vida, no teme al final del camino: “No tengo miedo a la muerte. He tenido una vida tan maravillosamente plena y emocionante que no puedo quejarme”.

Con casi 100 años, la sonrisa eterna de Dick Van Dyke sigue siendo su mejor filosofía de vida.

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