El 30 de mayo de 1984, el periodismo mexicano enfrentó uno de sus días más oscuros: Manuel Buendía, uno de los columnistas más audaces y respetados de México, fue asesinado a sangre fría en la Zona Rosa de la Ciudad de México. Cuatro décadas después, su legado de valentía y compromiso con la verdad sigue siendo un ejemplo en una profesión que continúa lidiando con las sombras del poder y la impunidad.

Manuel Buendía fue un periodista influyente y temido por muchos en el poder debido a su columna “Red Privada”, en la cual exponía sin temor la corrupción del gobierno, el crimen organizado y los vínculos de México con la CIA y otras agencias extranjeras. Buendía se destacó por su firme defensa de la libertad de expresión y fue una figura emblemática en la lucha contra la censura en México.

El 30 de mayo de 1984, Manuel Buendía fue brutalmente asesinado por la espalda mientras se dirigía a su automóvil en un estacionamiento de la Zona Rosa en Ciudad de México. Testigos presenciales observaron a un hombre alto, que vestía jeans y una chaqueta negra, acercarse por detrás y dispararle cuatro veces con un revólver calibre .38 Super. A pesar de llevar una pistola consigo, Buendía no tuvo oportunidad de defenderse. El asesino huyó en una motocicleta con un cómplice, dejando tras de sí una escena del crimen que pronto se convirtió en símbolo de la violencia contra los periodistas en México.

El impacto de su muerte fue profundo tanto en los medios como en la política mexicana. Su asesinato se interpretó como un ataque directo a la libertad de prensa y fue ampliamente condenado. Sin embargo, la investigación oficial estuvo plagada de irregularidades y tardó más de cinco años en mostrar algún avance concreto. Las sospechas iniciales apuntaron a diversos grupos, desde narcotraficantes hasta funcionarios de alto nivel del gobierno, incluida la Dirección Federal de Seguridad (DFS), similar al FBI en México.

Eventualmente, José Antonio Zorrilla Pérez, exdirector de la DFS, fue arrestado y condenado como el autor intelectual del crimen. A pesar de su condena, muchas preguntas sobre el móvil y los verdaderos culpables detrás del asesinato de Buendía permanecen sin respuesta.

La labor periodística de Buendía y su trágica muerte dejaron un legado duradero. Él no solo fue un crítico de la corrupción gubernamental y del crimen organizado, sino también un educador y mentor para las futuras generaciones de periodistas en México. A través de su trabajo en “Red Privada”, Buendía no solo informaba, sino que también formaba a sus lectores, desafiando constantemente el status quo y alentando una prensa más libre y justa en México.

Red Privada: la columna que desafió al poder

Uno de los aspectos más intrigantes de la carrera de Buendía fue su capacidad para desentrañar las conexiones ocultas entre el poder político y el crimen organizado. A través de su columna “Red Privada”, Buendía se convirtió en un auténtico dolor de cabeza para muchos en el poder, revelando escándalos que muchos preferirían mantener en la oscuridad.

La investigación sobre su asesinato reveló la complicidad y corrupción en las más altas esferas del gobierno mexicano. Aunque el caso se cerró oficialmente con la condena de Zorrilla y otros agentes de la DFS, muchos críticos y colegas de Buendía argumentan que las verdaderas motivaciones detrás de su asesinato y los posibles involucrados adicionales nunca fueron completamente expuestos.

La muerte de Buendía también generó un debate nacional sobre la seguridad de los periodistas en México. En el contexto de una sociedad donde la censura y la represión eran herramientas comúnmente utilizadas por el estado, el asesinato de un periodista tan prominente subrayó los peligros inherentes a la profesión en un país con profundos problemas de corrupción y violencia.

Además, el asesinato de Buendía tuvo un impacto considerable en la opinión pública y en la prensa. Su muerte no solo fue un golpe para la comunidad periodística, sino que también provocó un clamor por mayores protecciones para la prensa y por más transparencia y rendición de cuentas del gobierno.

Durante los años posteriores a su muerte, Buendía fue honrado de diversas maneras, convirtiéndose en un símbolo de la lucha por la libertad de expresión en México. Se establecieron premios en su nombre y su legado sigue siendo tema de documentales, libros y conferencias que buscan preservar su memoria y continuar su lucha por una prensa libre y una sociedad más justa.

A 40 años de su trágico final, Manuel Buendía sigue siendo recordado como uno de los periodistas más valientes y comprometidos de México. Su vida y obra continúan inspirando a generaciones de periodistas que ven en él un modelo a seguir en la búsqueda incansable de la verdad, a pesar de los riesgos y desafíos que esto implica.

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