El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS, por sus siglas en inglés) ha iniciado una investigación contra un hospital pediátrico docente de alto perfil, presuntamente el Texas Children’s Hospital (TCH), por el supuesto despido de una enfermera que solicitó una exención religiosa para no participar en tratamientos de afirmación de género a menores de edad.
La enfermera Vanessa Sivadge, quien trabajaba en el TCH —el hospital infantil más grande del país—, denunció públicamente en junio de 2024 que fue testigo de “tendencias inquietantes y prácticas preocupantes” en el tratamiento de niños con diagnóstico de disforia de género. En su testimonio ante el Congreso de EE.UU., Sivadge aseguró haber visto de primera mano los “poderosos e irreversibles efectos” de los bloqueadores de la pubertad y las hormonas sexuales cruzadas, tratamientos que, según dijo, se promovían como salvavidas a pacientes vulnerables.
“Vi a médicos chantajear emocionalmente a los padres, diciéndoles que si no afirmaban la identidad trans de sus hijos, estos se harían daño. Fue particularmente desgarrador ver cómo convencían a niñas con antecedentes de abuso o trauma sexual de que una hormona resolvería su confusión”, declaró Sivadge ante legisladores.
La investigación del HHS, que sigue abierta, coincide con la presentación de una denuncia formal por parte de la abogada de Sivadge ante la Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEOC) el pasado 11 de abril. La denuncia acusa al hospital de iniciar tratamientos irreversibles sin suficiente análisis crítico y de tomar represalias contra Sivadge por negarse a participar en ellos, lo cual estaría protegido por su libertad religiosa.
El director interino de la Oficina de Derechos Civiles (OCR) del HHS, Anthony Archeval, declaró que el Departamento “hará cumplir enérgicamente las leyes federales que protegen a los profesionales de la salud que se niegan a violar sus convicciones religiosas o morales”.
En paralelo, el médico Eithan Haim, también denunciante y exmiembro del programa quirúrgico del TCH, acusó al hospital de realizar procedimientos transgénero en menores bajo diagnósticos engañosos y de ocultar estas prácticas mediante facturación fraudulenta. Entre las irregularidades señaladas, se encuentran mastectomías clasificadas como cirugías de “reducción mamaria” y prescripciones de testosterona registradas bajo identidades masculinas falsas.
Haim fue investigado por el Departamento de Justicia bajo cargos relacionados con violaciones a la Ley de Portabilidad y Responsabilidad del Seguro Médico (HIPAA), aunque el caso fue archivado posteriormente.
Por su parte, Sivadge denunció haber sido intimidada por agentes federales durante la investigación de Haim. Según su testimonio, uno de los agentes “efectivamente me pidió comprometer mis creencias cristianas y lanzó amenazas veladas sobre mi carrera y mi seguridad”.
El Texas Children’s Hospital suspendió de forma temporal los tratamientos de afirmación de género tras una declaración del fiscal general de Texas, Ken Paxton, en 2022, quien los calificó como potencial maltrato infantil. Posteriormente, una ley estatal aprobada en 2023 prohibió dichos tratamientos a menores de edad a partir de septiembre de ese mismo año.
Sivadge solicitó ser reubicada en el área de cardiología en mayo de 2024, citando objeciones religiosas. Tras hacer públicas sus denuncias el 18 de junio, fue puesta en baja administrativa tres días después y finalmente despedida en agosto de 2024. El hospital argumentó que el despido fue por acceso indebido a historiales médicos, algo que la defensa de Sivadge rechaza categóricamente.
Este caso ha cobrado mayor relevancia tras la firma, el 28 de enero de 2025, de una orden ejecutiva por parte del presidente Donald Trump, titulada “Proteger a los niños de la mutilación química y quirúrgica”, que prohíbe los tratamientos transgénero en menores. El HHS ha publicado lineamientos para proteger a profesionales que denuncien este tipo de prácticas.