Kfir Bibas, con su pelo pelirrojo y su peluche de elefante rosa, tenía menos de nueve meses cuando los combatientes del movimiento islamista palestino Hamás lo secuestraron en Nir Oz, un kibutz del sur de Israel cercano a la Franja de Gaza.

El rehén más joven de los 250 llevados por la fuerza por Hamás y sus aliados al territorio palestino debería cumplir, si sigue con vida, su primer año el próximo 18 de enero.

El movimiento islamista anunció en noviembre su muerte y las de su hermano y su madre. Pero las autoridades israelíes no las confirmaron y sus familiares se aferran a la esperanza de que sigan vivos, reclamando su liberación.

El jueves organizarán un cumpleaños simbólico.

Si Kfir todavía estuviese en Nir Oz, habría “música, risas, familia y amigos, y no ruidos de avión y de disparos”, dijo Yossi Schneider, primo de la madre de Kfir.

“Es una locura que estemos planeando el cumpleaños de alguien que no está aquí”, añadió durante una visita organizada para la prensa por el colectivo de familias de rehenes Bring Them Home Now (“Tráiganlos a casa ahora”).

Según las autoridades israelíes, 132 rehenes siguen en Gaza. De ellos, 27 han muerto, según un recuento de la AFP basado en datos israelíes.

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