La presión sobre el caso Jeffrey Epstein vuelve a escalar en Washington. Mientras el expresidente Donald Trump solicita al Departamento de Justicia que divulgue el testimonio del jurado investigador relacionado con el magnate acusado de tráfico sexual, crecen las críticas, incluso dentro de su propio partido, por la forma en que su administración manejó el caso.

Legisladores demócratas y republicanos coinciden en la necesidad de hacer pública más información, aunque se acusan mutuamente de obstaculizar la transparencia por intereses políticos.

“Esto ha llegado a un punto en el que solo han sembrado desconfianza en el sistema de justicia”, dijo la senadora demócrata Amy Klobuchar durante una entrevista en CNN, señalando directamente al gobierno de Trump.

La secretaria de Justicia, Pam Bondi, ha estado en el centro de la controversia, especialmente después de que su departamento asegurara que no existen pruebas sobre una supuesta “lista de clientes” de Epstein ni indicios de que fuera asesinado.

Trump ahora ha solicitado a Bondi que revele partes del testimonio del jurado investigador, aunque no está claro si esto será posible o útil para esclarecer los hechos. La senadora Klobuchar, exfiscal y miembro de la Comisión Judicial del Senado, considera que el gesto es insuficiente: “Hay momentos en que se deben divulgar ciertas cosas por el bien del país, y este es uno de esos momentos”.

La pugna también se ha intensificado en la Cámara de Representantes. El congresista republicano Tim Burchett, parte de un esfuerzo bipartidista para forzar la publicación de todos los archivos sobre Epstein, criticó duramente a los demócratas: “¿Dónde demonios han estado los últimos cuatro años?”, preguntó, señalando al senador Dick Durbin por bloquear intentos de obtener registros clave, como los vuelos de Epstein.

Burchett también atacó a los demócratas por lo que considera un doble discurso en torno a la transparencia, y acusó al partido de encubrimiento: “Está claro lo que están haciendo. Se están hundiendo. El país lo sabe”.

Klobuchar respondió subrayando que Trump fue presidente durante los eventos más relevantes del caso: “Él era presidente cuando Epstein fue acusado, enviado a prisión y cuando murió bajo custodia federal”.

Aunque Burchett reconoció que la petición de Trump de revelar testimonios es “un buen comienzo”, advirtió que el camino legal para acceder a esa información “es un proceso endemoniado”.

En medio de las acusaciones cruzadas y la creciente desconfianza pública, el caso Epstein sigue siendo una herida abierta que expone los límites de la justicia y la opacidad de los intereses políticos en ambos partidos.

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