La campaña electoral en Estados Unidos ha pasado de ser predecible a una de las más dinámicas e inciertas de la historia en cuestión de semanas. La decisión del presidente Joe Biden, de 81 años, de retirarse de la carrera por la reelección después de un controvertido desempeño en el primer debate contra Donald Trump a finales de junio, ha cambiado el escenario político. Ahora, el Partido Demócrata ve con optimismo la candidatura de Kamala Harris a la presidencia de EE.UU.
Según el promedio de las encuestas nacionales del sitio FiveThirtyEight, Harris se sitúa como la favorita con un 46,1% de apoyo, frente al 43,4% del expresidente Trump. Estos números han llenado de entusiasmo al equipo de Harris, especialmente considerando que antes de retirarse, Biden mantenía al Partido Demócrata 3,2 puntos por debajo de los republicanos en el mismo promedio de encuestas.
1. La figura de Harris como estímulo
Hace solo cinco años, Kamala Harris era senadora por California y aspiraba a la candidatura demócrata para las elecciones de noviembre de 2020. Con un largo historial como fiscal general de California, uno de los cargos jurídicos más importantes del estado más poblado de EE.UU., Harris ha ganado relevancia. La decisión de Biden de incluirla en su fórmula presidencial como candidata a la vicepresidencia fue un punto de inflexión.
Nacida en Oakland, California, de madre india y padre jamaicano, Harris se identifica fuertemente con la cultura negra, gracias a su madre. La diversidad de sus raíces, su experiencia personal, y su trayectoria académica la convierten en una candidata con “múltiples identidades”.
“Kamala representa la coalición completa de los distintos sectores que conforman nuestro partido y nuestro país”, comenta María Carolina Casado, directora de medios hispanos de la campaña demócrata, a BBC Mundo.
Además, Harris, quien está a punto de cumplir 60 años, es dos décadas menor que Biden y 18 años más joven que Trump. Esto ha desbaratado la estrategia republicana de criticar la edad avanzada del actual mandatario. “Harris ha logrado neutralizar el mayor problema en contra de la candidatura demócrata y ha vuelto el tema de la edad contra Trump”, añade el profesor de la Universidad de Princeton, Julian Zelizer.
2. La elección de Tim Walz
La elección del gobernador de Minnesota, Tim Walz, para acompañar a Harris en la fórmula demócrata refuerza la candidatura y envía un “mensaje de estabilidad”. Walz, un antiguo profesor de secundaria, entrenador de fútbol americano y veterano de la Guardia Nacional, tiene popularidad entre los votantes de la clase trabajadora rural del Medio Oeste. Además, cuenta con experiencia legislativa por su paso por la Cámara de Representantes y su conexión con el Capitolio.
“Al elegir a Walz, Harris equilibra bien la fórmula en términos de geografía electoral y raza”, explica Thomas Kennedy, exmiembro del Comité Nacional Demócrata. Walz, que ha representado los intereses del Estados Unidos rural y ha ganado elecciones en un estado con tradición republicana como Minnesota, complementa a Harris de manera efectiva.
Por otro lado, la elección del senador por Ohio, JD Vance, como compañero de fórmula de Trump, parece haber generado más problemas que soluciones para la campaña republicana. Vance, autor del bestseller Hillbilly Elegy, ha generado controversia por sus declaraciones sobre mujeres sin hijos y sus cambios de opinión sobre Trump.
3. La cercanía con los votantes
En las campañas electorales, la cercanía es un valor fundamental. “La personalidad de Harris, su frescura, cercanía con la gente y su carácter espontáneo han marcado el tono de esta nueva etapa de la campaña”, comenta Casado. Harris ha logrado reemplazar el lema de Biden sobre la “amenaza a la democracia” que representa Trump por un mensaje más accesible para los votantes: la “libertad”.
Para la vicegobernadora de California, Eleni Kounalakis, la nueva dinámica de la campaña refleja el “gran sentido del humor” de Harris. “La alegría de Harris está rompiendo los matices oscuros y amenazantes de Donald Trump y su compañero de fórmula”, opina Kounalakis.
La nueva fórmula presidencial no duda en llamar al binomio Trump-Vance “raros”, un eslogan que se ha convertido en un lema de campaña. Aunque Harris ha logrado eclipsar la imagen de Trump temporalmente, el equipo de campaña es consciente de que esta ventaja puede no durar mucho tiempo. “La luna de miel con Kamala Harris no será eterna, pero la velocidad de una campaña corta nos favorece”, comenta Kennedy.
En resumen, Harris ha conseguido en pocas semanas lo que muchos consideraban improbable: revertir las encuestas a favor de los demócratas. La combinación de su figura como estímulo, la elección de un compañero de fórmula sólido, y su cercanía con los votantes, han sido claves en este cambio de tendencia.