La compañía Coca-Cola aclaró este martes que no planea abandonar el uso del jarabe de maíz de alta fructosa como ingrediente principal para endulzar su emblemática bebida. Sin embargo, anunciará la incorporación de un nuevo producto elaborado con azúcar de caña, ampliando su oferta para atender diversas preferencias del mercado.
En una conferencia posterior a la presentación de sus resultados trimestrales, el CEO de Coca-Cola, James Quincey, explicó que la estrategia no es de “o” sino de “y”: “Seguiremos utilizando mucho del jarabe de maíz que ahora empleamos”, afirmó, en un esfuerzo por tranquilizar a los productores de maíz que temen una pérdida de demanda ante el posible lanzamiento de un producto con azúcar de caña.
La iniciativa fue impulsada de forma inesperada por el expresidente Donald Trump, quien a través de su red social Truth Social anunció que había hablado con Coca-Cola y que la compañía habría accedido a producir una versión de su clásica bebida con azúcar de caña realmente auténtico en Estados Unidos. Aunque Trump es uno de los principales consumidores de la versión dietética, existe un fuerte debate en torno al uso del jarabe de maíz, siendo el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., uno de los críticos más vociferantes, señalando que este ingrediente genera graves problemas de salud.
Este movimiento hacia una Coca-Cola más “natural” con azúcar de caña representa un revés para la versión mexicana de Coca-Cola, considerada una opción premium en el mercado local, elaborada con azúcar cristalino en botella de cristal y con un precio que supera en más del doble a la lata de 33 centilitros producida en Estados Unidos.
Aún no hay detalles precisos sobre cuándo estará disponible esta nueva versión en EE. UU., pero la noticia confirma la estrategia de Coca-Cola de diversificar sus productos y responder a las crecientes preocupaciones del consumidor sobre ingredientes y salud.