Desde el municipio de Pedro Escobedo, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, dio este sábado el banderazo de salida a las obras del Tren Ciudad de México-Querétaro, uno de los proyectos ferroviarios más esperados de los últimos años. La construcción tendrá una duración de dos años y medio, y se prevé su inauguración en 2027.
“El compromiso se cumple: dije que antes de terminar abril íbamos a iniciar el Tren Ciudad de México-Querétaro y aquí estamos”, destacó Sheinbaum al encabezar el arranque oficial de las obras. La presidenta recordó que este proyecto ferroviario fue planteado durante varios sexenios, pero no se había concretado: “no había gobernado una Presidenta, así que, aquí estamos”.
Durante su mensaje, la mandataria subrayó el papel clave de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en la construcción y operación de los trenes de pasajeros a través de su empresa GAFSACOMM, la misma que ya administra el Tren Maya. Según Sheinbaum, esto garantiza que los trenes no serán privatizados y permanecerán bajo control público, asegurando eficiencia y beneficio para la nación.
“Tenemos la certeza de que es un tren que no se va a privatizar, que siempre va a estar en buenas manos”, aseveró.
La presidenta explicó que el Tren México-Querétaro forma parte de un ambicioso plan para construir más de 3 mil kilómetros de trenes de pasajeros durante los próximos seis años, conectando el centro con el norte del país. Además, Querétaro se convertirá en un nuevo nodo ferroviario estratégico, al conectar con el Golfo, el Pacífico y hacia el norte, con obras que también arrancarán en junio o julio de este año rumbo a Irapuato y Guadalajara.
El general Ricardo Vallejo Suárez, comandante del Agrupamiento de Ingenieros “Felipe Ángeles”, informó que ya se tiene un 40% de avance en la ingeniería básica, lo cual permite iniciar formalmente la construcción en torno a las vías de carga existentes, aprovechando derechos de vía ya disponibles.
El nuevo tren permitirá recorrer el trayecto entre Ciudad de México y Querétaro en alrededor de dos horas, con velocidades promedio de 160 a 200 kilómetros por hora. El proyecto contempla tramos rectos, túneles y pasos elevados para garantizar una ruta rápida y segura.
Con este avance, el gobierno federal impulsa no sólo la movilidad sino el desarrollo económico e industrial de la región centro-norte del país.