Asegurar los camiones que transportan ayuda a Gaza es un delicado acto de equilibrio para el clan Abu Mughsaib. Acercarse demasiado a los puestos de control militares israelíes puede ser mortal. Pero mantener demasiada distancia da a los saqueadores la oportunidad de llegar primero a la valiosa carga.
“Este es el mayor desafío que enfrentamos. No podemos acercarnos más a las posiciones del Ejército, ya que hacerlo nos pondría en riesgo”, dijo a CNN un miembro del grupo que actúa como protección para los camiones. Hace dos semanas, Hamas mató a uno de los miembros de su equipo y el mes pasado dos resultaron heridos por fuego israelí, según dijo.
A medida que el orden público se desmorona y la hambruna se apodera de Gaza, los organismos que intentan trasladar ayuda a los almacenes y puntos de distribución en el territorio dependen de grupos como Abu Mughsaib.
“Una vez que los camiones entran a Gaza, los recibimos antes de que sean interceptados por saqueadores o abrumados por multitudes”, dijo el hombre quien pidió permanecer en el anonimato por razones de seguridad.
“En cuanto a nuestras armas, son simples armas de fuego de propiedad familiar, y también portamos palos y porras”.
Los convoyes de ayuda son atacados cada vez más por saqueadores armados que buscan revender la ayuda a precios elevados, así como por multitudes de personas hambrientas que solo esperan alimentar a sus familias.
La ONU dijo esta semana que todavía está teniendo dificultades para entregar la ayuda donde más se necesita, y culpó a Israel de retrasar los convoyes al hacer que los procedimientos sean demasiado engorrosos.
Mientras que el Programa Mundial de Alimentos dijo el domingo que Israel acordó agilizar el proceso y permitir el uso de rutas alternativas, la ONU afirma que una gran proporción de los camiones sigue siendo bloqueada.
Ante las acusaciones de provocar hambre intencionada en la población de Gaza, Israel a su vez culpó a la ONU, diciendo que no distribuye los suministros adecuadamente, y a Hamas, al cual acusa de robar la ayuda.




