Carlos Alcaraz apunta al podio. En sus primeros Juegos Olímpicos el tenista de El Palmar se consolida como la principal baza de éxito española en París 2024. El ganador de cuatro Grand Slam es una baza más que fiable. Lo demostró ante el ruso Roman Safiullin, al que despachó por 6-4 y 6-2 para alcanzar los cuartos de final, el penúltimo escalón hacia las medallas.

Tiene jornada doble el murciano, que con 21 años y 91 días se erige en el jugador más joven en alcanzar un puesto entre los ocho mejores del cuadro individual de un torneo olímpico desde que Noval Djokovic llegó al mismo tramo en Pekín 2008, con 21 años y 87 días

Son datos a tener en cuenta porque marcan el perfil del campeón de Wimbledon y Roland Garros en este 2024, que tiene entre ceja y ceja el oro olímpico que ganó Rafael Nadal y por el que está obsesionado el serbio. El estadounidense Tommy Paul, que venció al francés Corentin Moutet, es su próximo adversario.

Ventiló como un trámite el cara a cara con Safiullin. En menos de tres horas, el español tiene que volver a saltar a la pista para cumplimentar el de dobles con Nadal, con las semifinales como objetivo. Tardó noventa minutos en batir a uno de los jugadores que debuta en unos Juegos como neutral y bajo la bandera olímpica.

El choque empezó a las 14.45, solo cuatro horas y cuarto antes del dobles. Solventó el partido en dos sets, en noventa minutos, a pesar de que el ruso batalla sin cesar y de que Alcaraz no reserva nunca nada.

Pudo cerrar el primer set con más sosiego, sin más dificultades de las que el propio jugador español se creó en momentos puntuales. Como cuando cedió su saque por primera vez que el ruso ganó gracias a los errores del murciano, cómodo en ese momento con un 3-0 que definía las distancias entre uno y otro. Impecable al resto, Alcaraz tomó carrerilla para obtener una clara ventaja. Una leve falta de concentración permitió maquillar el marcador a Safiullin, un jugador incómodo aunque la arcilla no es su hábitat ideal.

Pero nada que alegar ni puntualizar al décimo tenista español en alcanzar los cuartos de final de un torneo olímpico individual masculino, que se dejó todo en la pista. Como siempre. Corre cada bola, una devolución más que el rival. Bolas imposibles que le proporcionan puntos impensables. Es la actitud de un campeón que no rehuyó esfuerzos ni se guardó nada para el dobles.

Una rotura de entrada al inicio del segundo set fue su forma de acortar el camino hacia el triunfo. Fue en el saque donde Safiullin, con la carta de presentación de haber ganado dos de los tres partidos que había disputado hasta ahora con un top 5, entre ellos al propio Carlitos en París Bercy el pasado año además del griego Stefanos Tsitsipas, parecía tener más dificultades. Pocos fueron los saques que solventó con tranquilidad. Y eso le llevó a una brecha complicada de superar.

Alcaraz se aferraba al saque mientras el techo de la Suzanne Leglen se cerraba, con el partido en juego. La amenaza de tormenta cubrió el recinto en el quinto parcial de la segunda manga. Aceleró al final. Volvió a romper a pesar de la resistencia del ruso, que ya había solventado otras amenazas del español al resto, y cerró el triunfo con autoridad ante un rival incómodo que transita a la sombra de compatriotas con más repercusión como Daniil Medvedev, Andrey Rublev e incluso Karen Khachanov.

En noventa minutos, Alcaraz celebró un nuevo triunfo que le pone en cuartos, disparado al podio. El murciano toma carrerilla e inicia la cuenta atrás hacia el dobles, el otro objetivo.

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