El director de orquesta ruso Valery Gergiev, vetado en Europa desde la invasión de Ucrania por su cercanía con Vladímir Putin, fue invitado recientemente a presentarse en la región italiana de Campania, lo que desató una intensa polémica. El concierto, programado para el 27 de julio en el festival Un’Estate da RE, fue finalmente cancelado este lunes tras una oleada de críticas por parte de organizaciones de derechos humanos, figuras políticas, 700 intelectuales y más de 19.000 ciudadanos que firmaron una petición.

Gergiev, quien nunca se ha pronunciado contra la guerra y ha sido descrito como un emisario cultural del Kremlin, fue apartado de los escenarios europeos desde febrero de 2022, tras negarse a condenar la invasión rusa. La reciente invitación fue interpretada por muchos como un intento de “rehabilitación artística” del director.

La decisión de cancelar el concierto fue celebrada por la vicepresidenta del Parlamento Europeo, Pina Picierno, quien denunció que permitir su actuación sería “un acto de propaganda rusa”. También lo criticaron la Nobel de la Paz Oleksandra Matviichuk y la Fundación Anticorrupción del fallecido opositor Alexéi Navalni.

El embajador ruso en Italia acusó una “campaña difamatoria” y sostuvo que la cancelación daña la imagen de Italia como un país abierto a la cultura. Por su parte, algunos funcionarios italianos defendieron la presencia de Gergiev, alegando que “la cultura no debe estar influenciada por la política”.

Aunque la Unión Europea no ha sancionado formalmente a Gergiev, sí ha recomendado a sus instituciones culturales no ofrecer espacios a artistas que respalden la guerra. El caso reaviva el debate sobre los límites entre arte y política, especialmente en contextos de conflicto.

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