Luego de casi una década de hegemonía del grupo anayista encabezando las dirigencias estatales del partido Acción Nacional, desde que el propio Ricardo Anaya dejará este espacio para incorporarse a la administración de Felipe Calderón, recientemente se ha llevado a cabo la renovación del Comité estatal, que, por primera vez desde el 2009, ha quedado en manos de alguien que no proviene de la cantera anayista, sino, bien al contrario, de la del equipo del actual gobernador Pancho Domínguez.
Desde aquél entonces, los dos grupos se disputaban la hegemonía en los órganos de gobierno partidistas, manteniendo un aparente y sano equilibrio que les permitió alcanzar casi siempre, los acuerdos para poder llevar a cabo las designaciones de las candidaturas en cada elección, dejando de lado una añeja tradición democrática que, desde siempre, había distinguido a este instituto político.
Sin embargo, en todas las ocasiones en las que hubo de renovarse la dirigencia estatal, esta siempre quedo en manos de algún cercano a Ricardo Anaya, convirtiéndose así, en la cabeza de playa del anayismo, particularmente en un estado que políticamente, es dominado por el gobernador Pancho Domínguez.
Pero bien es cierto, pérdida la elección presidencial y soltando el mando, caído Ricardo Anaya y disminuido en sus alcances políticos, apenas le ha alcanzado para mantener a uno de los suyos, de bajo perfil y nivel, en la estructura que encabeza uno de los más claros alfiles del hoy gobernador, lo que hace que, por primera vez en casi 10 años, un no anayista, sea quien, a partir de ahora, encabece el esfuerzo panista en la entidad.
Muy joven, cierto, lo que no significa en modo alguno que carezca de las cartas credenciales necesarias para encabezar el esfuerzo azul ante un 2021 que se antoja ya desde ahora, difícil para el panismo, sin embargo Agustín Dorantes, joven de todas las confianzas del gobernador, su operador político en la Legislatura y el diputado que, como candidato, fue quien alcanzó la mayor diferencia a su favor en el distrito por el que compitió, dejando incluso muy atrás al candidato a la alcaldía, Luis Bernardo Nava, sacando una amplia ventaja y diferencia que, permitió además de todo, mostrar por donde se llevó a cabo la mejor de todas las operaciones electorales en la elección de este 2018.
Tarea nada fácil la de preparar un partido que quedó seriamente lastimado por lo cerrado de los resultados electorales de este año y que, en el 2021, habrá de enfrentarse a una maquinaria electoral, la de Morena, aceitada y con muchos más recursos a su disposición.
Para quienes dicen que Querétaro es un bastión panista basta ponerles a la vista los resultados de la más reciente elección presidencial, en donde el candidato de Morena, le puso tremenda barrida al candidato panista, avecindado en esta ciudad y, donde además, un grupo de desconocidos, le arrebataron un par de posiciones al panismo en distritos que otrora fueron bastiones azules, poniéndoles además, un tremendo susto en lo tocante a la alcaldía capitalina.
Mucho trabajo por delante el que tendrá el joven Agustín Dorantes en sus afanes para reposicionar al panismo y, evitar que, los daños que le fueron infringidos en el 2018 sólo queden en un asunto de ocasión, más ligado a sus querellas internas, que a la embestida que Morena llevó a cabo en prácticamente casi todo el país.
Nada fácil, insisto, si se tiene en cuenta que Morena parece dispuesta a ir por todo en las intermedias del 2021 y para eso parece dispuesta a desplegar ya sea, o un buen gobierno, o las acciones populistas que le permitan recoger una buena cosecha de votos.
Al tiempo se verá de que estará hecha la nueva dirigencia panista, producto de un nuevo acuerdo entre el gobernador y la gente de Anaya, a quienes sin embargo, ya no les alcanzó para algo más y tuvieron que pasar la estafeta a alguien del otro equipo, uno que hoy por hoy, pareciera ser, el más consolidado en la entidad.
Por Carlos Silva, @LaLenguadeDante