El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, criticó este sábado, en un pronunciamiento oficial, a los “traidores de la patria” y afirmó que Brasil no “acepta órdenes” de ningún otro país, en aparente alusión a las presiones de Estados Unidos por el juicio al exmandatario Jair Bolsonaro por golpismo.

“No somos ni volveremos a ser colonia de nadie. Somos capaces de gobernar y cuidar de nuestra tierra y de nuestra gente, sin la interferencia de ningún gobierno extranjero”, dijo Lula en una alocución en radio y televisión por la celebración del Día de la Independencia, que se conmemora este domingo.

El líder progresista subrayó que Brasil mantiene “relaciones amistosas con todos los países”, pero no “aceptará órdenes de nadie” porque “Brasil tiene un único dueño: el pueblo brasileño”.
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“Defendemos nuestra democracia y resistiremos ante cualquiera que intente golpearla”, garantizó.

Lula pareció aludir así al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha impuesto sanciones a los jueces del Supremo brasileño y al propio país en represalia por el juicio a Bolsonaro, aliado político del republicano, a quien considera víctima de una “caza de brujas”.

Sin embargo, Lula recordó en su discurso, en el que apareció con una corbata con los colores de la bandera nacional y que duró unos cinco minutos, que la Constitución brasileña “establece la independencia entre los tres poderes”.

“Eso significa que el presidente de Brasil no puede interferir en las decisiones de la Justicia brasileña, al contrario de lo que quieren imponer a nuestro país”, señaló.
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Bolsonaro afronta en el Supremo un juicio penal bajo la acusación de “liderar” una conspiración golpista para impedir la toma de posesión de Lula y mantenerse en el poder, tras perder las elecciones de 2022.

En ese juicio, que empezó esta semana y se reanudará la próxima, el ex jefe de Estado, actualmente en prisión domiciliaria, se enfrenta a una posible pena máxima de unos 40 años de prisión.

Junto a él están sentados en el banquillo de acusados antiguos ministros de su Gobierno (2019-2022) y mandos militares.

Lula también hizo una referencia implícita a otra investigación que afecta a la familia Bolsonaro.

Bolsonaro y su hijo Eduardo son investigados por intentar obstruir el juicio por golpismo que afronta el líder ultraderechista con el apoyo de la Administración Trump.

“Fueron elegidos para trabajar por el pueblo brasileño, pero solo defienden sus intereses personales. Son traidores a la patria. La historia no los perdonará”, aseveró Lula.

Según la Policía, Bolsonaro y su hijo Eduardo, quien se encuentra en Estados Unidos desde hace seis meses, buscaron “inducir, instigar y ayudar” al Gobierno de EE.UU. para que este impusiera sanciones al Supremo y a Brasil.

Su campaña dio resultado, pues Trump revocó el visado a varios jueces del Supremo, así como a algún ministro de Lula, y decretó aranceles del 50 % para una parte significativa de las importaciones brasileñas, como medida de presión para archivar el juicio contra Bolsonaro.

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