El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció este martes durante su viaje a Angola un paquete de ayuda humanitaria de más de mil millones de dólares (unos 950 millones de euros) para ayudar a personas desplazadas en África por la sequía o el conflicto.
“Hoy anuncio más de mil millones de dólares en nueva ayuda humanitaria para africanos desplazados de sus hogares por las históricas sequías”, dijo Biden durante su discurso en el Museo Nacional de la Esclavitud de la capital angoleña, Luanda, tras reunirse a puerta cerrada con su homólogo de este país, João Lourenço.
Biden lanzó este mensaje después de que más de 30 millones de personas se hayan visto afectadas en África meridional, según la ONU, por una devastadora sequía agravada por el fenómeno meteorológico de El Niño, con cuyas repercusiones, además de Angola, están lidiando Sudáfrica, Mozambique, Namibia, Malaui, Zambia y Zimbabue.
“Estados Unidos sigue siendo el mayor proveedor mundial de ayuda humanitaria y asistencia para el desarrollo en el mundo. Esto va a aumentar. Eso es lo correcto para la nación más rica del mundo”, añadió el mandatario.
Por su lado, la Agencia de Cooperación de EE.UU (Usaid) destacó en un comunicado que “los conflictos armados, los fenómenos meteorológicos extremos, los desastres naturales y otras emergencias están generando necesidades humanitarias en todo el continente”.
Biden aterrizó este lunes en Angola para un viaje de tres días, el primero de un presidente estadounidense a este país africano y que busca subrayar el acercamiento entre ambas naciones durante los últimos años, tras el enfriamiento de sus relaciones durante la Guerra Fría (1945-1991).
“Para poder apreciar plenamente lo lejos que nuestros dos países han llegado en nuestra amistad, tenemos que recordar cómo empezó”, aseveró Biden, al hacer referencia al tráfico transatlántico de esclavos por el que “jóvenes mujeres, jóvenes hombres, nacidos libres en las tierras altas de Angola” fueron “capturados, atados y forzados a una marcha de la muerte”.
“Los historiadores creen que el pueblo de Angola constituyó una parte significativa de los esclavos que fueron enviados a Estados Unidos”, destacó Biden, ante un público en el que se encontraba Wanda Tucker, una descendiente de William Tucker, considerado el primer niño esclavo de ascendencia africana nacido en los Estados Unidos.
“Sabemos que los líderes y ciudadanos africanos buscan más que solo ayuda, buscan inversión. Por eso, en Estados Unidos hemos ampliado nuestra relación con toda África”, incluyendo ayuda, comercio e inversión “cerrar la brecha de la infraestructura”, subrayó Biden.
El principal foco del viaje para el presidente estadounidense es la revitalización de un corredor que conectará el puerto angoleño de Lobito, en el océano Atlántico, con las minas en Zambia y el sur de la República Democrática del Congo (RDC), algo clave para reducir la dependencia de Occidente hacia China en cuanto a minerales.
El desarrollo de esa obra se impulsa bajo la Asociación para la Infraestructura y la Inversión Global (PGII), una iniciativa del G7 (grupo de las siete principales economías del mundo) creada en 2022 para contrarrestar la influencia de la Ruta de la Seda de China en el continente.
El mandatario agradeció también a su homólogo angoleño sus esfuerzos para trabajar por la paz en la región, donde actúa como mediador en la crisis entre la RDC y Ruanda, y su “denuncia contra la guerra no provocada de Rusia contra Ucrania”.
Biden prometió visitar África el año pasado después de reactivar la Cumbre de Estados Unidos-África por primera vez en casi una década en diciembre de 2022.
Sin embargo, el viaje se pospuso hasta 2024 y se retrasó nuevamente en octubre por la llegada del huracán Milton a Florida.
Biden es el primer presidente estadounidense en rendir una visita oficial a Angola desde su independencia oficial de Portugal en 1975, y es también el primero que viaja a África subsahariana desde 2015, cuando Barack Obama visitó Kenia y Etiopía.