No obstante, la noticia ha sido celebrada como una nueva victoria por el Real Madrid, uno de los últimos clubes que apoyan públicamente el proyecto de la Superliga, percibido por su presidente, Florentino Pérez, como una prioridad para “salvar el fútbol europeo”.
El gigante español indicó que el fallo confirma que la UEFA “infringió gravemente las normas de libre competencia de la Unión Europea” y aseguró que “esta sentencia abre la vía a reclamar los cuantiosos daños y perjuicios sufridos por el club”.
La entidad más laureada en la historia de la Liga de Campeones (15 títulos) afirmó así en un comunicado haber mantenido “numerosas conversaciones con UEFA para buscar soluciones, sin alcanzarse ningún compromiso en torno a una gobernanza más transparente” y “modelos de retransmisión gratuitas” y accesibles a nivel mundial.
Basándose en la decisión inicial tomada en mayo de 2024 y en el fallo del TJUE, un representante del promotor del proyecto, A22 Sports Management, había relatado a la AFP que la empresa estaba “habilitada para crear una competición” y que la UEFA ya no tenía ningún medio para impedirlo.
Según la UEFA, este procedimiento sanciona en realidad normas obsoletas, ya que reescribió y amplió su sistema de autorización en 2022, sin que haya sido sometido a la justicia desde entonces.





