Para su doceava Semana Santa, el papa Francisco escribió por primera vez de su puño y letra las meditaciones del Vía Crucis del Viernes Santo que, como es tradición, presidirá esta noche en el Coliseo a partir de las 21.15 (las 17.15 de la Argentina). Inspirados en el Año de la Oración convocado en preparación del Jubileo de 2025, los textos del primer papa jesuita, difundidos por el Vaticano, exudan la espiritualidad ignaciana. Titulados “en oración con Jesús en el camino de la cruz”, giran en torno a la figura de Cristo, que da su vida para salvarnos, en un mundo marcado hoy por la “locura de la guerra”, en el que “basta un teclado para insultar y publicar condenas”.

En las meditaciones, al margen de criticar esa difundida actitud de muchos en las redes sociales, el Papa llama a reconocer “la grandeza de las mujeres, que aún hoy son descartadas sufriendo ultrajes y violencia” y a “los cristos humillados por la prepotencia y la injusticia, por las ganancias injustas obtenidas a costa de los demás y ante la indiferencia general”. En años anteriores, las meditaciones fueron realizadas por refugiados, presos, alumnos de un secundario y es bastante raro que las escriba un Pontífice, aunque Juan Pablo II lo hizo dos veces y una vez Jospeh Ratzinger, pero cuando aún era cardenal y prefecto del ex Santo Oficio.

Al comentar la sexta de las catorce estaciones del Calvario, que recuerda cuando Jesús recibe el consuelo de la Verónica que le enjuga el rostro, el papa Francisco sorprende al criticar a los que se ocultan detrás “de un teclado” para insultar en las redes sociales. “Jesús, son tantos los que asisten al bárbaro espectáculo de tu ejecución y, sin conocerte y sin saber la verdad, emiten juicios y condenas, arrojando sobre ti infamia y desprecio”, reflexiona. “Sucede también hoy, Señor, y ni siquiera es necesario un cortejo macabro; basta un teclado para insultar y publicar condenas”, denuncia.

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