Desde hace varios meses, la problemática en torno a la reubicación de trabajadoras sexuales en el barrio de San Francisquito ha ido en aumento, generando inquietud entre los vecinos y las comunidades educativas cercanas. Originalmente asentadas a un costado de la Alameda Hidalgo, en la esquina de Zaragoza y Pasteur, las trabajadoras fueron removidas por autoridades municipales y estatales. Sin embargo, se han trasladado a la calle de Artes, casi esquina con 21 de Marzo, a escasos metros del Colegio Alma Muriel, situación que preocupa gravemente a padres de familia y directivos.

Impacto creciente en la comunidad

La directora de nivel Primaria del Colegio, María Erika Fuentes, expresó en entrevista que esta situación ha generado un evidente deterioro en la seguridad y salubridad de la zona. “La ocupación de la vía pública por las trabajadoras sexuales ocurre desde la mañana hasta altas horas de la noche, justo a unos metros de la entrada principal del Colegio. Esto no solo genera inseguridad, sino también insalubridad y una mala imagen para nuestra comunidad educativa”, afirmó.

Desde el inicio de esta problemática, el incremento de estas actividades ha coincidido con un aumento en la percepción de inseguridad en esta parte del Centro Histórico, lo que ha llevado a los padres de familia a exigir soluciones inmediatas.

Sin respuesta de las autoridades

El pasado 10 de octubre, directivos del Colegio turnaron un escrito a la Delegación Centro Histórico, planteando la gravedad del problema y solicitando acciones inmediatas. Sin embargo, hasta la fecha, no han recibido respuesta, lo que ha intensificado la frustración entre la comunidad escolar.

Respuesta del alcalde

Durante una rueda de prensa reciente, el alcalde Felipe Fernando Macías fue cuestionado al respecto y afirmó: “No se puede realizar ninguna actividad en el primer cuadro ni en ninguna zona… Tomo las indicaciones para que la Guardia Municipal implemente medidas. Este es un tema integral que deben atender la Secretaría de Seguridad Pública, la Secretaría de Gobierno y otras instancias. No hay manera de que este fenómeno social pueda estar cerca del entorno de niñas y niños”.

A pesar de estas declaraciones, los residentes y miembros de la comunidad educativa siguen esperando acciones concretas para resolver la situación, que no solo afecta la tranquilidad de los vecinos, sino también la seguridad de las familias que transitan por la zona diariamente.

Un llamado urgente a las autoridades

La problemática en el barrio de San Francisquito no solo pone en riesgo a los estudiantes del Colegio Alma Muriel, sino que evidencia un creciente deterioro de las condiciones sociales en una zona histórica de la ciudad. La comunidad solicita respuestas inmediatas y coordinadas para garantizar un entorno seguro y digno para todos.

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