Comparar precios y elegir la opción más conveniente no es solo cosa de consumidores, sino de países. Esta tendencia, acentuada en los últimos años, ha convertido a los argentinos en los protagonistas del llamado turismo de compras en el sur del continente.
Un fenómeno que trasciende fronteras
Chile y Brasil encabezan la lista de destinos favoritos para los compradores argentinos, pero no son los únicos. Paraguay también se ha convertido en un punto de referencia para quienes buscan productos más baratos que en su país. “Algunos productos como electrodomésticos, celulares, tecnología en general y ropa son demasiado caros en Argentina, lo que justifica hacer un viaje para adquirirlos”, explica Sebastián Auguste, director del Centro de Investigaciones en Finanzas (CIF) de la Universidad Torcuato Di Tella.
En Chile, por ejemplo, ciertos productos pueden llegar a ser hasta un 60% más baratos que en Argentina. Según Bernardita Silva, gerente de estudios de la Cámara Nacional de Comercio chilena, solo en el primer trimestre de este año, Chile recibió un millón de visitantes argentinos, un 113% más que en el mismo período del año pasado. Estos turistas llenaron sus maletas principalmente con ropa y electrodomésticos, impulsando el crecimiento del comercio chileno, que creció un 7,1% en el primer trimestre del año.
Un impacto desigual
Mientras que en Chile el fenómeno del turismo de compras ha sido un motor económico, en Argentina los efectos son menos favorables. María Celina Calore, economista del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz, advierte que esta tendencia perjudica la economía local: “Cuando uno compra en el extranjero, no se mueve la rueda de la economía interna. Y considerando que el 70% del PBI argentino depende del consumo interno, esta situación afecta la producción y el empleo”.
¿Por qué la diferencia de precios?
La clave del desequilibrio reside, en parte, en la política cambiaria implementada por el gobierno de Javier Milei. Según Calore, “durante 2024, la tasa de devaluación fue menor a la inflación, lo que encareció los precios en dólares en Argentina”. Esto explica por qué, para muchos argentinos, puede resultar más barato vacacionar en Brasil que en su propio país.
Por su parte, Sebastián Auguste señala que no todos los productos están caros en Argentina: “Las propiedades, por ejemplo, están más baratas que en Chile”. Además, destaca el papel de los aranceles y restricciones a la importación, que Milei intenta desmontar. En contraste, Chile cuenta con acuerdos comerciales favorables y un desarrollo avanzado del retail, lo que permite importar más barato: cerca del 80% de los productos minoristas chilenos son importados.
Un péndulo económico
El turismo de compras es un fenómeno pendular. En 2022 y 2023, Buenos Aires estaba llena de brasileños y chilenos que aprovechaban un tipo de cambio favorable. Hoy, el péndulo se ha invertido. Sin embargo, los expertos advierten que esta situación es transitoria. “A medida que se reduzcan las diferencias de precios, el flujo de turistas compradores se acabará”, concluye Bernardita Silva.