La Cámara de Diputados aprobó este martes una reforma constitucional que prohíbe la siembra de maíz genéticamente modificado en todo el territorio nacional. Esta medida busca preservar el patrimonio biocultural del país y salvaguardar las variedades nativas de maíz.
La iniciativa, impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum, surge tras la derrota de México en un panel del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) por un decreto previo en el mismo sentido. La reforma modifica dos artículos de la Constitución mexicana y fue aprobada con 409 votos a favor y 69 en contra en lo general, y con 382 votos a favor y 88 en contra en lo particular.
El aval a esta medida reunió el respaldo de Morena, sus aliados del Partido del Trabajo y el Partido Verde Ecologista de México, así como de los opositores PRI y Movimiento Ciudadano. Sin embargo, el Partido Acción Nacional (PAN) se manifestó en contra, argumentando posibles afectaciones a la competitividad y productividad del sector agrícola.
Con esta reforma, el maíz es declarado “elemento de identidad nacional”, y se establece la obligación del Estado de garantizar su cultivo libre de transgénicos. Aunque México revocó las restricciones a la importación de maíz transgénico para consumo humano y animal tras el fallo del T-MEC, la nueva legislación busca prohibir su cultivo para evitar la contaminación de las variedades nativas.
La reforma también estipula que cualquier otro uso del maíz genéticamente modificado deberá ser evaluado conforme a las disposiciones legales vigentes, garantizando que no represente una amenaza para la bioseguridad, la salud pública o el patrimonio biocultural.
Tras su aprobación en la Cámara de Diputados, la iniciativa será enviada al Senado para su análisis y eventual ratificación. En caso de ser aprobada, México reforzará su postura en la protección de sus cultivos tradicionales frente a las prácticas modernas de la agroindustria, lo que podría generar nuevas tensiones comerciales con EE.UU., principal proveedor de maíz transgénico al país.