Cada martes centenas de jubilados acuden a la cafetería de un Ikea de Shanghái con la esperanza de encontrar una pareja, de enamorarse, de romper la soledad que invade el último tramo de su vida.

Ese día los adultos mayores ocupan la mayoría de las mesas de la espaciosa cafetería de la tienda en Shanghái, despreciando sus clásicas albóndigas suecas en favor de sus propios bocadillos, té y hasta bebidas alcohólicas traídos de casa.

Esta cita semanal tiene más de 10 años de existencia, a pesar de que la multinacional sueca intentó impedir que su cafetería fuera la sede de ese singular club de corazones solitarios.

“No me da vergüenza decirlo, no sólo los jóvenes necesitan amor. Los ancianos también”, dice a la AFP Qingqing, un exdirector de un hogar de ancianos, en medio del bullicio.

Abrigos de pieles brillantes y estampados de lagarto se entremezclan con gorras de cuero y gafas de sol de espejo, mientras algunos ríen y conversan y otros rondan el sitio flirteando.

Entre los jubilados se pasan mandarinas, té y alguna bebida alcohólica, llenando las mesas de cáscaras de frutas y nueces.

En China hay más de 297 millones de personas de 60 años o más y una cuarta parte son solteras, según datos oficiales.

En el pasado, los hogares multigernacionales eran la norma, pero ahora muchos ancianos viven solos.

En una encuesta de 2016 de la Universidad de Renmin, en Pekín, un cuarto de los adultos mayores dijeron sentirse solos.

“Estoy solo todo el tiempo. Siento que la vida es aburrida a mi edad… Siempre quise tener pareja”, comentó Gu Yijun, un vivaz instructor de manejo jubilado de 73 años.

Suele viajar una hora y media en transporte público para llegar a los encuentros, confiado en sus posibilidades de éxito.

“También es una forma de distenderse y divertirse”, dice a AFP. “Mejor que mirarse en el espejo en casa”, agrega.

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