El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, negó este martes que haya tenido ya un acercamiento con el Gobierno ecuatoriano de Daniel Noboa tras el asalto a la Embajada mexicana en Quito que provocó la ruptura de relaciones diplomáticas y la demanda en la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
Cuestionado durante su conferencia de prensa matutina sobre los avances en la demanda y un posible acercamiento con el presidente ecuatoriano, el presidente mexicano aseguró que no ha habido contacto.
“No, además es un asunto también de principios, es un asunto de fondo. Es que fue muy grave lo que sucedió, o sea, imagínense que hay alguien que tiene asilo y que entran a la Embajada y se lo llevan, eso viola todas las normas de política exterior”, afirmó.
López Obrador señaló que lo que está pidiendo su gobierno, así como otros países, es que México u otra nación pueda dar asilo al exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas (2013-2017), quien está en prisión por corrupción tras su arresto durante el allanamiento a la Embajada mexicana en Quito la noche del 5 de abril.
Dijo que el objetivo de su Gobierno también es trasladar a México a Glas, quien se resguardaba en la sede diplomática mexicana desde diciembre.
Asimismo, el gobernante mexicano señaló que la demanda contra el gobierno de Ecuador ante la CIJ avanza, pues sostuvo que Ecuador violó la soberanía de México al invadir la Embajada y el derecho de asilo para Glas.
“Eso es lo que estamos planteando y queremos que se castigue al Gobierno de Ecuador, no al pueblo de Ecuador, que es un pueblo hermano, sino al Gobierno de Ecuador por este acto autoritario, prepotente, suspendiéndolo de Naciones Unidas en tanto no ofrezcan una disculpa pública y sobre todo haga un compromiso de no repetición”, expuso.
México rompió relaciones con Ecuador el 5 de abril, cuando la Policía ecuatoriana irrumpió en la Embajada mexicana para detener a Glas.
Tras ello, México presentó una demanda ante la CIJ y en respuesta, Ecuador realizó una contrademanda en la que acusó al Gobierno mexicano de violar las normas internacionales por el asilo que le dio a Glas mientras pesaban sobre él procesos penales por corrupción.