Por: Juliana Hernández Quintanar

Estamos en las postrimerías del sexenio que, a la presente no le cabe la menor duda que pasará a la historia como uno de los más desastrosos, infructuosos y vergonzosos de la historia de México, argumentos que sustentan mi dicho anterior hay de sobra, más sin lugar a duda uno de los más contundentes es el riesgo latente que tenemos de retroceder 30 o 50 años, a aquel pasado de un México sin democracia y sin instituciones que equilibren los pesos y contrapesos.

Más ahora que estamos a menos de 8 meses de escribir nuevamente la historia de nuestro México, al menos su servidora no ha dejado de escuchar voces ajenas y de casa, planteando la alianza electoral del Frente como una aberración histórica y doctrinal, pues ¿Cómo es posible que el Partido Acción Nacional pueda aliarse con los partidos que en su momento fueron sus enemigos naturales? ¿Cómo puede ser que después de años y años de lucha por las democracia hoy nos hemos unido con lo que algún día juramos destruir? ¿Cómo nos atrevemos a darle la razón a López, con respecto a que el PRIAN sí existe? ¿Cómo es el PAN está perdiendo, olvidando o peor aun prostituyendo lo que en su momento le dio vida, autoridad moral e identidad?

Bien pues nos ha tocado escuchar mucho de esto y ninguno de los planteamientos antes señalados puede quedar sin respuesta, más para ello, hay que conocer la historia y ser precisos. En primer lugar lo que le respondería a todos aquellos que se rasgan las vestiduras mientras hacen las pasadas preguntas es: en efecto Acción Nacional nació, lucho y creció con ideales muy claros, entre los cuales está el ver un país verdaderamente democrático, con alternancia, hacer realidad un México de instituciones, y efectivamente republicano, en el que se respetara la división de poderes y el Estado de Derecho, pues bien hoy paradójicamente PRI y PRD comparten estos mismos objetivos, es una realidad coyuntural.

Y ello en ningún momento implica darle la espalda a nuestros principios por el contrario, se quisiera citar aquí lo que le doctrinario, humanista que en su momento fue presidente nacional del partido, Adolfo Christlieb menciona acerca de las alianzas en el ya lejano año de 1967: “…buscar los elementos esenciales que puedan unir a todos los mexicanos, sin distinción de partidos, no sólo porque pienso que se hace así más fecunda la tarea política de todos, de nosotros y de nuestros adversarios, sino porque de esa forma se definen y equilibran diferencias.” En efecto hoy y siempre tendremos diferencias ideológicas y programáticas significativas con estos partidos, sin embargo, aliarnos en un proyecto no implica perder identidad, por el contrario, hoy ellos suman a una causa que tenemos en común: la democracia y el Estado de Derecho.

Acción Nacional sigue y seguirá defendiendo la Dignidad Humana, trabajando incansablemente por el Bien Común, aplicando políticas públicas subsidiarias y llamando a la sociedad civil a ser solidaria, en estos principios esta nuestra identidad, principios con los que trabajaremos el arte de lo posible a partir de lo real.

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